En México sí se han avistado Objetos Voladores No Identificados (OVNIS) y dichas evidencias fueron entregadas por la propia Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) al periodista Jaime Maussan, conocido por su programa “Tercer Milenio”.
De acuerdo a la nota publicada por Sin Embargo, la Fuerza Aérea Mexicana avistó 16 objetos circulares y luminosos que volaban a gran velocidad dando vueltas bruscas cuando surcaban los cielos del estado de Campeche en marzo de 2004; el material no fue estudiado por la SEDENA de la cual depende la Fuerza Aérea, sino entregado a un particular que publicó en televisión abierta el contenido donde transmite supuestos avistamientos del llamado fenómeno OVNI.
“No veía la utilidad de que se quedara eso grabado ahí, guardado. Tomé la decisión de que se le diera a una gente que ha estado trabajando toda su vida con esto para que hiciera buen uso de ella. Por eso se le dio a Maussan”, explicó el entonces Secretario de la Defensa, Clemente Ricardo Vega García, en entrevista con Carlos Loret de Mola.
En el avistamiento registrado por el avión Merlín C-26A de la Fuerza Aérea Mexicana a más de 3 mil 500 metros de altura en Campeche, el equipo sólo detectó la emisión de calor de objetos, pero no permitió definir su forma y tamaño, según se consignó en un cable de la agencia Associated Press de mayo de 2004.
La grabación fue hecha mientras los tripulantes de la aeronave realizaban una vigilancia cotidiana de combate al narcotráfico. Los objetos no fueron visibles a simple vista y en un momento rodearon el avión a una distancia mínima de dos millas, según narraron tres miembros de la tripulación en entrevistas grabadas y difundidas junto con el video del avistamiento por Jaime Maussan.
El General Clemente Ricardo Vega García dijo en ese entonces, en entrevista con W Radio, que después del avistamiento, el video fue analizado en las instalaciones de la Sedena y se llegó a la conclusión de que había dos caminos: archivarlo como secreto o entregarlo a alguien que estudiara ese tipo de fenómenos.
La versión de Maussan —reseñada por el investigador de la UNAM Raúl Trejo Delarbre el 17 de mayo de 2004 en el diario Crónica— refiere que el día 20 de abril de ese año Jaime Maussan fue llamado a las instalaciones de la Defensa Nacional, para un primer encuentro con “altos mandos de las Fuerzas Armadas” para darle los pormenores del caso. Dos días después, se le entregó copia en video del encuentro de la Fuerza Aérea Mexicana “con la finalidad de llevar a cabo la investigación pertinente y su posterior conocimiento a la opinión pública en los diversos medios de comunicación”.
El General aclaró que prohibió a su personal que “se hablara de ovnis o de platillos voladores, porque ahí comienzan las dudas”, a la par que se desmarcó de lo comunicado por Maussan en la rueda de prensa del 11 de mayo 2004.
La decisión del entonces presidente Vicente Fox Quesada, generó críticas dentro de la comunidad científica del país a la que no se le dio acceso al material alegando que estaba “clasificado”, y que aseguró que lo avistado era un fenómeno meteorológico conocido como centellas, que se forman por burbujas de gas ionizado.
Contrario a lo que ocurre en México, el gobierno de Estados Unidos dio paso a un programa ubicado dentro de la Oficina de Inteligencia Naval para estos fines llamado Fuerza de Tarea de Fenómenos Aéreos No Identificados. Su objetivo es buscar “estandarizar la recolección e informes” sobre avistamientos de vehículos aéreos no explicados, según reportó The New York Times que ha dado un seguimiento puntual al caso.
La razón del Gobierno estadounidense para reconocer que investiga estos objetos es doble. Por un lado, el genuino interés de los científicos sobre si existe evidencia de vida exterior, pero la segunda causa se basa en los temores de que existan tecnologías más avanzadas desarrolladas por países extranjeros y que puedan facilitar el espionaje.
Una nave tripulada o no que tenga capacidad de no ser identificada a simple vista no sólo podría representar un riesgo de seguridad nacional, sino que con las tecnologías adecuadas podría sustraer información de instalaciones y desarrollos estratégicos.
Con información de Sin Embargo.

Redacción Diario Cambio
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