Puebla es un estado que está llena de historia y leyendas, por lo que la vuelve única en riqueza cultural. Si bien, no se ha logrado saber del todo qué sucedió siglos atrás en cada una de las casonas, hay lugares que marcan un trágico pasado.
¿Alguna vez has visto las placas que están en los inmuebles históricos? Quizás puedas recordar el que está a un costado de una habitación en el Hotel Colonial, donde cuentan que ahí estuvo Francisco I. Madero durante su paso en Puebla y que dio un discurso a los mexicanos en mayo de 1910.
Sin embargo, aquella placa no tiene nada aterrador, a diferencia de estas 3 placas:
Placa de ‘El Tapado’
Esta placa, ubicada a un costado de la entrada principal del Templo de la Compañía, fue colocada como recordatorio del día en que colgaron en uno de los arcos la cabeza de Don Antonio de Benavides, alías ‘El Tapado’.
De acuerdo a su historia, fue un hombre que se hizo pasar por representante de la corona española, sin embargo, era un estafador. Su aprehensión provocó morbo en la población, pues nunca fue mostrado el rostro de este sujeto, ya que se lo llevaron tapado completamente a la horca en CDMX.
Sin embargo, cuentan que, al momento de su ejecución, ocurrió un eclipse de sol, generando miedo y temor en los espectadores al no ser tan comunes en aquella época. Por lo que el verdugo, ante el suceso, terminó cortando la cabeza y manos de Don Antonio.
A Puebla fue mandado su cabeza y una mano, durante la época de la inquisición.
Hasta la fecha se desconoce el verdadero motivo de su ejecución y el rostro de aquél hombre.
Placa de San Pedro
La placa está ubicada a un costado del Museo San Pedro de Arte, en el que se lee que por el ‘portalón’ salía una carreta todos los días a las 4 de la mañana con los cadáveres de los fallecidos en el “Real Hospital de San Pedro”.
El Museo fue durante 1791 un hospital destinado para aquellos viajeros que estaban de paso en Puebla y enfermaban por la peste, viruela, entre otros. Durante un tiempo, cuando no existía el panteón de Xanenetla, eran enterrados en fosas comunes dentro del mismo hospital, además de que algunos fueron emparedados por la falta de espacio.
Placa de fusilamiento
Ubicada afuera de la Biblioteca Benito Juárez, a un costado del Hospital IMSS San José, yace una placa con el recordatorio de que ahí fue fusilado Juan Nepomuceno Rossainz, un insurgente que participó en la Guerra de Independencia de México junto a José María Morelos y Pavón.
Juan fue fusilado en 1830 en la plazuela de San José, por unirse al Plan de Codallos, el cual estaba contra el gobierno de Anastasio Bustamente.
Existen más placas alrededor del Centro Histórico poblano, de los cuales muchos de ellos, sin guardar un pasado trágico, cuentan lo que fue nuestra Puebla.
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Paola Sánchez Rodríguez
@PaoUsher