Al regresar de su viaje de Canadá, el papa Francisco reconoció que se cometió un "genocidio" contra los indígenas, además de que analizó su posible retiro.
Tras la agotadora visita de seis días a Canadá, admitió que deberá reducir su ritmo de viajes o hacerse "a un lado".
El pontífice argentino hizo un balance de su viaje ante los periodistas que lo acompañaban en el vuelo de regreso a Roma, donde dijo:
"No creo que pueda mantener el mismo ritmo de viajes que antes. Creo que a mi edad, y con estas limitaciones, tengo que guardar un poco mis fuerzas para poder servir a la Iglesia, o por el contrario pensar en la posibilidad de hacerme a un lado".
"Se puede cambiar de papa. Se puede cambiar. No es un problema", añadió al hablar de sus problemas de salud. Su predecesor, Benedicto XVI, renunció en 2013, a los 85 años.
El pontífice confesó que consideraba su viaje a Canadá una suerte de "test" para evaluar si mantener su agenda de desplazamientos, que incluyen Kazajistán en septiembre, y si es posible Ucrania, así como República Democrática del Congo y Sudán del Sur.
Con información de La Jornada
Redacción Diario CAMBIO
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