Un verdadero macho alfa lomo plateado; Mauricio Garcés fue un comediante que evolucionó en seductor o seductor, como escribió de él Jacobo Zabudovsky.
El seductor que traía muertas de amor a todas las mujeres, representó al galán seductor por excelencia. Sus frases continúan vigentes en la cultura popular y son repetidas hasta la fecha, entre ellas: Las traigo muertas y Debe ser terrible tenerme y después perderme.
Tal parece que la frase pronunciada infinidad de veces por el actor y galán se volvió una realidad latente, ya que actrices que trabajaron con él, tal como Silvia Pinal, Angélica María o Norma Lazareno, aún le extrañan y le recuerdan con cariño.
¿Quién fue Mauricio Garcés?
Nacido el 16 de diciembre de 1926 en Tampico, Tamaulipas, en el seno de una familia de origen libanés, el joven Mauricio Feres Yázbek, quien cambiaría sus apellidos por el de Garcés, comenzó a mostrar su amor por la actuación desde temprana edad. Fue gracias a su tío Tufic Yázbek, retratista de actores de aquella época, que el joven conoció los sets cinematográficos y quedó enamorado del olor del celuloide a tal grado de decidir ser actor para siempre.
Aunque Mauricio Garcés comenzó su carrera de actor en 1951, explorando el género del drama y el misterio en la cinta La muerte enamorada, protagonizada por Miroslava, su gran despunte se dio cuando estelarizó en 1967 la cinta Don Juan 67, proyecto dirigido por Carlos Velo que le imprimió a Garcés el aire del galán simpático y seductor que traía muertas de amor a todas las mujeres.
El actor de bigotillo, cabello bien peinado, lustroso y un poco cano, hizo famosas frases como “Yo sólo me dedico a hacer felices a las mujeres”, “Las traigo muertas, “Te voy a hacer pedazos” o “De chiquito era tan bonito que me rentaron para niño Dios.”
Aunque Mauricio Garcés vendió una imagen de galán seductor, en su vida personal se mostró siempre reservado. Poco es lo que se conoce de las relaciones amorosas que sostuvo con alguna mujer y se llegó a correr el rumor de que el actor era homosexual, mismo que fue desmentido por su hermano, el fotógrafo Edmundo Feres Yázbek.
Lo que sí fue un hecho es que el gran amor de su vida siempre fue su madre, quien solía acompañarle a muchos de sus rodajes.
Con información de Excelsior
Redacción Diario CAMBIO
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