Saturday, 27 de April de 2024

Frontera sur, nueva coladera de cajetillas ilegales en México

Martes, 16 Julio 2013 02:02
Mafias como Los Zetas están involucradas. En 42 meses fueron decomisados más de 162 millones de cigarros ilícitos provenientes de China, Vietnam, Arabia Saudita y Paraguay, a pesar de la gravedad del problema hay poco personal para investigar, apenas 11 expedientes abiertos y una sola persona sentenciada
  • Arturo Ángel / 24 Horas



 



El año pasado las autoridades mexicanas decomisaron más de 116 millones de cigarros que intentaban introducir las mafias de forma ilegal al país; este año ni siquiera la décima parte de esa cantidad se ha incautado ¿El motivo?, los grupos criminales encontraron una nueva puerta de entrada al país.



La frontera sur y particularmente la franja limítrofe con Belice, se ha convertido en el nuevo paraíso de las organizaciones criminales dedicadas a introducir el tabaco ilegal a México, aprovechando la falta de vigilancia, las dificultadas naturales que presenta el terreno, y utilizando una estrategia de tráfico al menudeo.



Este cambio de operaciones no significa que las cajetillas ilegales dejen de tener otros puntos de acceso al país, como la frontera norte o los puertos marítimos; sin embargo, Centroamérica se coloca en este momento como el nuevo y más importante centro de recepción y distribución a México.



A pesar de los daños de salud y económicos —en los últimos dos años se calcula una pérdida de aproximadamente 595 millones de pesos— que provoca este delito, en el que se han logrado identificar la participación de mafias bien organizadas, con capacidad económica y operativa, y vinculadas a otros ilícitos, las autoridades mexicanas han sido ineficaces en su combate y no han diseñado una estrategia integral que incluya tareas de inteligencia que permitan la desarticulación de estos grupos, siendo que muchos de los decomisos se han logrado por suerte o denuncias anónimas.



Los datos oficiales son contundentes. Luego de un pobre decomiso de cigarrillos en el 2010 con apenas 50 mil piezas, entre 2011 y 2012 se alcanzó la cifra récord de 148 millones 281 mil piezas de cigarrillos decomisados, principalmente impulsado por descubrimientos en las aduanas portuarias.



Pero transcurrida la primera mitad de este año, el número de cigarros asegurados no rebasa los 15 millones, y las autoridades reconocen que no se alcanzará la cifra de los dos años anteriores.



El problema, es que los cigarros ilegales siguen inundando las calles de todo el territorio, sin que parezca que la oferta haya disminuido.



 



Nuevas operaciones



 



En entrevista con 24 Horas, el comisionado de Operación Sanitaria de la Cofepris, Álvaro Israel Pérez Vega, reveló que luego de los decomisos masivos de contenedores con cigarros ilegales que llegaban a los puertos de Mazatlán o Manzanillo, y que permitieron incrementar la efectividad en los últimos dos años, la delincuencia modificó su estrategia.



“Lo que ahora estamos detectando es que los contenedores llegan a países del sur de México, y esos contenedores que llegan a países del sur, se retira la mercancía, y a través de camionetas, vehículos particulares, o con personas se introduce por la frontera”, dijo.



La frontera sur, agregó, “por su relieve es selvática y hay oportunidad para que estas personas estén filtrando el cigarro a pequeños o medianos volúmenes. Y una vez introducido se puede comercializar en el país".



China, Vietnam, Arabia Saudita y Paraguay, y en menor medida Estados Unidos, Canadá y Rusia, son los países desde los cuales se ha detectado que son enviados la mayoría de los cigarros ilegales, los cuales no sólo carecen de permisos de importación, sino que incluso no hay certeza de que sean originales y su fabricación cumpla con los mínimos controles de calidad.



El problema, agrega el comisionado, es que una vez introducidas las cajetillas dentro del territorio nacional, como se está haciendo ahora principalmente a través de la línea fronteriza con Belice, se dispersa rápidamente en el mercado negro haciendo aún más difícil su detección.



 



Estrategia insuficiente



 



Ante ese cambio en la dinámica delictiva, sumado a la falta de aduanas en la frontera sur que puedan ser supervisadas, la estrategia que ahora sostiene la Cofeprisha implementado, junto con el SAT, la PGR, Gobernación y Fuerzas Armadas, es tratar de seguir las cadenas de distribución y desmantelar sitios de almacenamiento.



"Es una situación que ha hecho más complejo que tengamos volúmenes de aseguramiento como los de años pasados, pero ahora lo que estamos buscando son centros de almacenamiento, bodegas, ya que esto se tiene que estar concentrando en algún lugar", indicó.



Hasta ahora no se registran resultados espectaculares. El decomiso más importante de este año, aunque ocurrió en una revisión aduanera de rutina, se dio en Reynosa, Tamaulipas con el aseguramiento de 11 millones de cigarrillos que iban a ser introducidos ilegalmente al país.



 



Grandes redes, pocas investigaciones



 



A pesar del crecimiento de este delito, en México se desconoce qué organizaciones están atrás del tráfico, distribución y venta de los cigarros ilícitos. Tampoco se tiene identificada la forma en que lavan dinero, porque las autoridades no lo trata como un delito que genera ganancias millonarias y en el que existen conexiones entre grupos del crimen organizado de Asia, Sudamérica y México, por ejemplo.



La PGR simplemente lo atiende como contrabando ilegal de un producto. Sólo existen 11 expedientes abiertos porque las autoridades sanitarias no interponen denuncias por el daño a la salud que están provocando y el impacto que tendrán en el sistema público de salud. Tampoco Hacienda presenta querellas porque no pagan impuestos, ni las empresas tabacaleras están interesadas en denunciarlo.



Pero no sólo eso, los recursos humanos destinados a las investigaciones y combate del tráfico ilegal de tabaco es limitado, apenas la Unidad Especializada en Delitos Fiscales y Financieros cuenta con 18 agentes del Ministerio Público que se encargan de investigar ese y otros ilícitos. Mientras que Cofepristiene un equipo de 150 funcionarios en el área de operación sanitaria que debe verificar, en todo el país, el ingreso de productos ilegales como tabaco, alcohol, medicinas, ropa, zapatos y demás artículos.



Mientras el problema del tráfico ilegal de tabaco crece, se adapta y supera los pocos esquemas que implementan las autoridades para su atención e investigación. Así lo confirman los datos de la Unidad Especializada en Delitos Fiscales y Financieros de la Procuraduría General de la República (PGR) que indican que hasta el momento solo una persona ha sido sentenciada.



En entrevista, el titular de esa unidad, Raúl García Chávez, señaló que uno de los principales problemas en torno a este delito es que se requiere que se interponga una querella de la parte afectada, para que pueda abrirse una averiguación previa.



"Esto es un delito de contrabando, y como es contrabando se requiere querella de Hacienda o declaratoria de perjuicio de los afectados para que esto continúe. Y mucha veces tenemos decomisos donde no se da esta parte", reconoció el fiscal.



El número de indagatorias contrasta con las mafias que operan tras este delito. En México, añade el Fiscal, no hay duda de que es la delincuencia organizada y grupos como “Los Zetas”, son los que operan la distribución e introducción de los cigarros en el mercado negro.



A nivel internacional la dimensión criminal es mayor, pues se requiere una amplia cadena de recursos humanos, económicos y materiales, para traficar ilegalmente el tabaco desde sitios como Asia o Sudamérica. Más complejo es cuando la cadena delictiva incluye la fabricación de los propios cigarrillos.



 



Atacan el comercio



 



Por lo pronto la PGR tiene centrados sus esfuerzos en atacar puntos de venta. García Chávez explica que se han reforzado los operativos, por ejemplo, en estaciones del metro como Zaragoza, Moctezuma, Tacubaya, Acatitla, Universidad y Taxqueña, donde se tienen identificados puntos de venta de cigarros ilegales.



"Por supuesto que es importante pegarle a los grandes grupos que se dedican a esto y localizar bodegas, pero también es importante atacar toda la cadena. Creemos que si combatimos los puntos de venta y realizamos decomisos constantes, la gente que se dedica a vender cigarros va a darse cuenta que ya no es tan buen negocio", sostuvo el fiscal.

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