Thursday, 02 de May de 2024

Viernes, 26 Junio 2015 02:37

La sucesión se adelantó: ahora el “tapado” está en el PRI




Written by  Arturo Rueda

Si Gali Fayad se ahorró el juego del “tapado”, ahora tendrá ocho meses para jugar el del “destapado”, que no tiene menos riesgos. A partir de este momento, tiene la fortaleza para cohesionar internamente tanto a los grupos morenovallistas, como a los partidos que integrarán la alianza. Pero deberá tomar decisiones que lo doten de una personalidad propia para evitar incurrir en el error en que cayó Javier López Zavala, quien nunca dejó de ser visto como un apéndice de Mario Marín


Como advertimos oportunamente, la derrota electoral del 7 de junio en nueve distritos, tres de ellos en la capital, desembocó en un proceso catalizador de la sucesión morenovallista que aclaró el panorama tanto para el gobernador Moreno Valle, como para el alcalde Tony Gali Fayad, disipando las brumas que se habían instalado entre ellos. La elite del régimen, en conflicto abierto por una sucesión que amenazaba con desorganizarse, se ha recompuesto con un mensaje contundente: el candidato a la minigubernatura es el alcalde poblano. El “destape” ya ocurrió y se dio en apenas dos semanas, un parto que si bien no es luminoso ni con matracas, le da al sucesor el margen necesario para construir su camino a Casa Puebla.

 

Con su destape, Gali se ahorra el camino tortuoso del golpeteo interno que sufrió desde el mes de marzo, cuando numerosas intrigas se organizaron a su alrededor para desgastarlo, y quizá, desbancarlo. Desde diferencias no claras con Jorge Aguilar Chedraui hasta la presencia emergente y amenazadora de Cabalán Macari, con una campaña diseñada ex profeso para un suplente nunca antes vista. La realidad electoral terminó por acomodarlo todo: Cabalán puede ser un proyecto de futuro que requiere de mucha maduración, y Aguilar Chedraui permanece como un second best por su posicionamiento, sin disputar espacios al alcalde, sino en un esquema de colaboración digno para ambos.

 

Retrasar el desenlace solamente estaba provocando conflictos y choques al interior del morenovallismo, un suspenso innecesario, pero desgastante para el puntero. Ahora, Moreno Valle ha puesto sus cartas sobre la mesa en un momento de definiciones puntuales: el enemigo está fuera, no dentro, y hay que salir a ganar votos. No es el momento de regatear apoyos internos ni de jalarse la cobija. Con su victoria en nueve distritos, el PRI despertó el eye of the tiger del régimen. Fue la advertencia justa en el momento correcto, cuando la soberbia amenazaba a los círculos de influencia.

 

Si Gali Fayad se ahorró el juego del “tapado”, ahora tendrá ocho meses para jugar el del “destapado”, que no tiene menos riesgos. A partir de este momento, tiene la fortaleza para cohesionar internamente tanto a los grupos morenovallistas, como a los partidos que integrarán la alianza. Pero deberá tomar decisiones que lo doten de una personalidad propia para evitar incurrir en el error en que cayó Javier López Zavala, quien nunca dejó de ser visto como un apéndice de Mario Marín, un títere que jamás tuvo vida propia.

 

El relanzamiento de la figura del alcalde camina, de momento, por el sendero correcto. Su presencia mediática a lo largo de la semana, donde reconoció que sí aspira a la gubernatura, comenzará a desatar el debate sobre su promesa de mantenerse al frente de la alcaldía por todo su periodo. El regidor Iván Galindo, en #JuegoDeTroles, ya advirtió que el tricolor recurrirá a todas las estrategias habidas y por haber para dificultar su salida de la presidencia municipal y hacerla más costosa. En ese sentido, es mejor que el debate ocurra ahora, a ocho meses de presentar su licencia, que en febrero o marzo de 2016, cuando la campaña esté por comenzar. Para ese momento el costo ya se habrá pagado y diluido, pero no será tan oneroso como lo fue para Margarita Arellanes en Nuevo León, que tuvo una salida dramática.

 

Por supuesto, la parte más riesgosa será que durante ocho meses coexistirán el alcalde en funciones y el candidato a la gubernatura, lo que eleva a máxima potencia cualquier error cometido en la gestión pública de la ciudad. Gali es un tipo cuidadosa, pero la fortuna es mujer, como escribió Maquiavelo: en una metrópolis como Puebla, cada día es un desastre potencial, sobre todo si su nuevo papel ya ha sido expuesto.

 

El enemigo acecha, y sus potenciales rivales tomarán nota de sus movimientos y amarres. Irónicamente, ahora el “tapado” está en el PRI, y no hay señales de que Los Pinos o Bucareli tengan la intención de acelerar el destape. Mientras Gali permanecerá en la vitrina, su hipotético rival hará un trabajo de posicionamiento para maximizar su potencial electoral.

 

Ahora, el reto del “destapado” es ganar la calle: diagnosticar qué ocurrió el 7 de junio, darle rentabilidad a su acción gubernamental y convencer a los poblanos, no sólo los a capitalinos o de la zona metropolitana, de que el salto a Casa Puebla es conveniente para todos, y no sólo para el grupo en el poder. En esencia, que la continuidad del morenovallismo vale la pena.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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