En medio de lágrimas y clamor de justicia, fueron enterrados los restos de la estudiante de Psicología de la BUAP, Isarve Cano Vargas, secuestrada y asesinada por sus propios amigos, entre quienes se encuentra Ángel de Jesús Carrasco López —hijo del ex regidor panista Ángel Carrasco Rivera— y quien ha alegado en redes sociales la inocencia de su hijo.
Primero se realizó una misa en la catedral oficiada por el sacerdote Alejandro Bravo Espíndola, y después fue llevada a una cripta familiar en el panteón municipal.
Los padres de la joven militante del PRI: Pedro Cano Mauleón y María del Carmen Vargas Carrillo, arribaron a la iglesia alrededor de las 9 de la mañana del viernes, después llegaron algunos empresarios de la región, funcionarios públicos como la diputada federal María del Carmen García de la Cadena, así como estudiantes de diversas universidades. Todos vestidos con colores blanco y negro en señal de luto.
“La cárcel real que van a tener los responsables es la cárcel mental por el remordimiento que van a cargar el resto de sus vidas”, dijo el clérigo al pedir pronta resignación a la familia, quienes hicieron guardias de honor y evitaron que medios de comunicación estuvieran cerca.
Inculcar valores, clama tía
Una de las tías de Isarve clamó a los padres de familia y a los maestros en inculcar valores a los jóvenes para que no sean “malos ciudadanos” que comentan delitos de plagio o asesinatos, como de los que fue víctima su sobrina.
Aunque a la misa acudieron más de mil personas, la familia sólo permitió a familiares más cercanos en el panteón, en donde menos de 50 estuvieron presentes y dieron cuenta que la madre se resistía a abandonar los restos de su hija.