En un intento por reabrir la Presidencia municipal de Tlanepantla, se registró un enfrentamiento entre un grupo de pobladores, policías estatales y municipales que dejó como saldo el saqueo de la casa del edil, José Efraín García, la quema de dos de sus autos, además de dos detenidos y más de 15 uniformados lesionados. Uno de ellos fue hospitalizado por infarto.

Hasta el cierre de esta edición, todos los accesos a la población estaban cerrados y los lugareños ya habían logrado expulsar del sitio a los uniformados del estado con cohetones, y únicamente a distancia permanecían vigilando elementos de la región.

La ingobernabilidad se agudizó la madrugada del jueves cuando funcionarios del estado buscaron retomar el control.

Según un comunicado de la Secretaría General de Gobierno (SGG) fue la familia Morón quien encabezó los desmanes e incitó a los habitantes a agredir a funcionarios que acudieron a la alcaldía para iniciar una auditoría al gobierno municipal ante acusaciones de desvío de recursos, falta de obra pública, seguridad y nepotismo.

Queman vehículos y saquean casa del alcalde

Los hechos se registraron alrededor de las 10:00 horas, cuando un grupo de al menos 300 personas lanzaron petardos hacia los uniformados y en medio de la trifulca, retuvieron a dos de ellos, quienes fueron golpeados y ante las amenazas de que serían linchados, a uno le dio un infarto y al otro crisis nerviosa.

Tanto estos municipales como otros fueron trasladados para su atención al Hospital General de Tepeaca. Los lugareños alegaron que no liberarán la Alcaldía que mantienen tomada desde el pasado 20 de octubre hasta que sea destituido el presidente.

En medio de la furia, acudieron a la casa del alcalde y saquearon sus muebles, cosas personales, además de prenderle fuego a dos de sus autos: un Volkwagen Jetta y una camioneta GMC Acadia, cuyo valor asciende a más de 600 mil pesos.

Y en la explanada municipal, los policías lograron detener a dos personas, entre ellos a Catarino Torrecilla García de 76 años de edad, quien según los testigos, iba saliendo de misa cuando fue acusado de ser uno de los alborotadores.

Más tarde, los habitantes retomaron el control cerrando los accesos con llantas y ramas que fueron quemadas.

“Fue la familia Morón”

En la postura que fijó la SGG, responsabilizó a la familia Morón de haber encabezado los desmanes y advirtió que la PGJ fincará penas contra quienes resulten responsables, además de asegurar que ha intermediado en el conflicto desde el 20 de octubre pasado que tuvo conocimiento.

Aseguró que desde entonces, siete de los diez miembros del Cabildo, “de manera arbitraria, cerraron las instalaciones de la Presidencia municipal, en perjuicio de la prestación de los servicios para la población”, mismos que fueron convocados y denunciaron desvíos de recursos en la administración.

Y como parte de las acciones de mediación, la SGG aseguró que pidió al Congreso, a través de la Auditoría Superior del Estado, la posibilidad de realizar una revisión integral a la administración municipal, y que fue ello lo que los llevó a enviar policías estatales para resguardar el trabajo que realizarían los auditores, derivando en un enfrentamiento.

“Sin embargo, un grupo de habitantes, encabezados por la familia Morón, azuzaron a la población para impedir el cumplimiento de la diligencia”, citó.