El príncipe de 30 años mostró su actitud desobediente cuando marcó la palma de su mano, que tenía pintura púrpura, en la cabeza de un fotoperiodista durante un evento en Auckland, Nueva Zelanda.
Enrique visitaba la organización de jóvenes en riesgo “Turn Your Life Around Trust” cuando vio la oportunidad de bromear a Arthur Edwards, uno de los fotógrafos que cubrían el evento.
Los asistentes se rieron ante la broma del príncipe, quien inmediatamente después de haberla hecho continuó con sus actividades en el centro de ayuda.