En la zona metropolitana de Puebla, apenas 9.5 kilómetros separan a la mayoría de paupérrimos que integran el primer decil de ingreso de la minoría de los“mirreyes” que habitan en el décimo decil. Ese trayecto de apenas 20 minutos separa a la exclusiva zona residencial de La Vista Country Club, donde las viviendas se cotizan arriba de los 15 millones de pesos, de la colonia Unión Antorchista, cuyas viviendas no tienen piso firme, drenaje ni agua potable, con terrenos de 291 pesos el metro cuadrado.
El Tour de la Pobreza en Puebla capital tarda alrededor de 20 minutos en una tarde sin tráfico. Las diferencia de ingresos familiares promedio, valor catastral de terrenos, prestación de servicios, mecanismo de transporte, escolaridad, alimentación y salud, lo hacen el punto geográfico más desigual de la zona metropolitana.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló recientemente que Puebla es la entidad más desigual del país, en la que el ingreso de los pobres –aglutinados en el decil I– creció apenas nueve por ciento y se ubica en 4 mil 756 pesos trimestrales, mientras que en el X aumentó 57.5 por ciento,llegando a 165 mil 934 pesos.
Leyendo estas cifras, se pensaría que para observar las diferencias en el modo de vida causado por el ingreso de las familias, se tendría que viajar al interior del estado y visitar regiones como Eloxochitlán, la zona con mayor porcentaje de población en pobreza extrema del estado, para darse una idea de cómo viven los poblanos de dichas condiciones.
Sin embargo, la desigualdad en la capital poblana, a pesar de ser la cuarta ciudad más importante del país por el número de habitantes, por la industrialización y el aporte al producto Interno Bruto (PIB), es al mismo tiempo la que tiene la mayor cantidad de habitantes pobres de México, con más de 700 mil.
La Vista: la ciudad de los mirreyes
La Vista, el exclusivo fraccionamiento que tiene 16 años de existencia, se convirtió en una de las zonas predilectas de la clase política y empresarial de Puebla para habitar. El área mínima de superficie de cada vivienda es de 400 metros cuadrados, y cada metro cuadrado puede cotizarse hasta en 23 mil pesos, de acuerdo con portales inmobiliarios.
Seguridad privada, áreas verdes, campo de golf, una laguna, con viviendas que tiene un precio de 23 mil pesos por metro cuadrado, es el lugar para “una vida perfecta”, como se vende en su publicidad.
En este sitio habitan las familias que el Inegi clasifica en el décimo decil y que tienen un ingreso promedio por trimestre de 165 mil pesos, es decir, 55 mil pesos mensuales, que les permiten preocuparse más por el auto de lujo que utilizarán, que por la alimentación que recibirán.
La Vista tiene una Casa Club con piscinas y gimnasio, disponible para todos los habitantes que pagan su mantenimientode alrededor de 10 mil pesos al mes.
Pero este “Mundo Maravilloso” subsiste rodeado de desigualdades. Con unidades habitacionales de clase media que tienen ingresos de los deciles V y VI – de 18 mil a 23 mil pesos–, y que avanzando un poco, se encuentra con las mayores expresiones de miseria de la Angelópolis.
Para ello basta con recorrer untrayecto de 9.5 kilómetros, que implican una distancia de 20 kilómetros, para llegar a una de las zonas con mayor estrechez conocida como la Unión Antorchista y que es la puerta a San Andrés Azumiatla.
Desde la Vista se tiene que irpor la vía Atlixcáyotl con dirección a Atlixco. Al llegar al Periférico Ecológico dar vuelta hacia la 11 sur, y una vez que se llegue a esta avenida girar con rumbo a San Ramón.
Unión Antorchista
A partir de San Ramón, Puebla empieza mostrar su rostro más pobre, pues es en esta colonia asentada a las orillas de la 11 Sur, donde las personas de mejores condiciones socioeconómicas acuden a regalar cosas que ya no usan, pues los habitantes las comercializan en el tianguis y así llevar un ingreso para sus familias.
Justo donde termina el Metrobús, la más reciente obra del morenovallismo, se encuentra la colonia Unión Antorchista, fundada hace 23 años, que alberga en su mayoría personas dedicadas a la albañilería y a la “pepena” para sobrevivir, tiene más de 700 lotes y cada uno cuenta con una extensión promedio de 120 metros cuadrados.
Las calles pavimentadas son la excepción en una colonia caracterizada por caminos de terracería. Aunque se pueden observar casas de dos pisos, de block y de techo de cemento, en las inmediaciones del río Atoyac se encuentran asentadas casas de madera, con puertas habilitadas, y en algunos casos hasta forradas con lona.
“Mi casa es de colado. Se le cuela el aire y el agua”, narró uno de los habitantes a CAMBIO, con lo que se dimensiona el nivel de vida que tienen en esta franja de la cuarta ciudad más importante del país.
El Atoyac es el espectador con mejor lugar para ver la desigualdad. Por un lado las familias pobres y con dificultades para generar 4 mil 500 pesos mensuales para alimentarse, vestirse, educar a sus hijos y trasladarse a su centro de trabajo. Por el otro la construcción de un nuevo fraccionamiento exclusivo llamado Lomas de Angelópolis III, en el que habitará la gente del decil X.
Por un lado calles de terracería y con matorrales. En el otro, calles delineadas, con pavimento recién hecho y entradas que ocupan el agua como adorno, mientras que del otro lado carecen en algunas casas del líquido vital.
Paradójicamente, los pobres de Unión Antorchista tienen acceso a Lomas de Angelópolis, pues es el lugar donde consiguen trabajo para construir las casas de los adinerados, por lo cual ganan mil 200 pesos a la semana. Pero están conscientes de que es un trabajo temporal, que fenece cuando culmina la construcción total de las viviendas: “encontraremos trabajo donde dios nos dé a entender”, señaló consternado un albañil.
La Cuitláhuac, en donde la pobreza se agudiza
A menos de un kilómetro de la colonia Unión Antorchista se encuentra olvidada la colonia Cuitláhuac, una comunidad con menos de seis años de existencia que se encuentra sumergida a la orilla del camino que conduce a la junta auxiliar de Azumiatla y donde la situación de pobreza muestra su rostro más cruel contra los poblanos que aún forman parte de la capital.
El único transporte público que llega ahí es la ruta Azumiatla. Su frecuencia es de media hora a partir de las 6 de la mañana y hasta las 6:30 de la tarde, después de esa hora nadie puede salir a menos que sea caminando o a través de algunos vehículos viejos que hay en la colonia.
Sumergida al interior de un cerro, sólo tres caminos empinados conducen a ella, los cuales fueron labrados por sus propios habitantes, ya que la colonia no se encuentra regularizada por el Ayuntamiento y por lo tanto no hay servicios de pavimentación, drenaje, alcantarillado ni suministro de agua potable y los usuarios mucho menos tienen escrituras de propiedad.
Cada día, los pobladores tienen que comprar agua potable para sus necesidades básicas a una pipa que les cobra alrededor de 15 pesos por un tonel de 200 litros y 50 pesos por llenar un tinaco, en caso de que las personas cuenten con uno, lo cual es un logro para los ingresos que poseen y que oscilan entre 3 mil y 4 mil pesos mensuales.
La falta de drenaje ha generado un foco de infección constante para las 150 familias que la habitan, comentó el presidente de la colonia, Samuel Cosme, por lo que tienen que recurrir a Soapap para que cada año vaya a desazolvar las letrinas en donde cada persona hace sus necesidades, a cambio de 100 pesos por familia, con la condición de que se junten 35 familias para poder hacer el trabajo.
Estos son parte de los gastos que tienen que solventar cada uno de los habitantes, que en su mayoría se dedica a la albañilería y trabaja en las obras de construcción del exclusivo fraccionamiento Lomas de Angelópolis III, situado a menos de un kilómetro de distancia, y que les deja un ingreso promedio de mil pesos semanales.


