—Crónica—

No era Miguel Induráin, Lance Armstrong o Alberto Contador, pero a lo largo del recorrido de la ciclopista universitaria, el gobernador Rafael Moreno Valle demostró condición física y piernas para dejar atrás al pelotón en el que formaban parte el rector Alfonso Esparza y el alcalde Tony Gali Fayad, que en varias ocasiones se quedaron atrás, lejos del ritmo impuesto por el mandatario.

Aunque el rector Esparza tenía reservada una Lobobici con las iniciales RMV para el recorrido, Moreno Valle prefirió usar una Specialized color grafito de su propiedad y con ella hizo el recorrido de 4.8 kilómetros en menos de media hora.

Esparza y Gali Fayad sudaron la gota gorda para darle alcance, y al final de recorrido, en el Carolino, ambos iban visiblemente agitados.

Aunque estaba prevista una parada para develar la placa de la nueva ciclopista a la bajada del puente del Parque Juárez, Moreno Valle no quiso detenerse y siguió avanzando para terminar la fase final.

Sin ningún problema, el mandatario estatal atacó las subidas y bajadas de la ciclovía, mientras sus más cercanos seguidores se fueron retrasando y evidenciando su falta de condición física, a pedaleadas y con la mayoría de los semáforos en verde, Moreno Valle hizo uso de sus dotes ciclistas.

Gali sostenía su “birula”, como el mismo la llamó, con fuerza, y aunque comenzó con ímpetu la primera subida, ocasionó que comenzara a sudar. Poco a poco, las respiraciones se volvieron más profundas y comenzó a ver de lejos al gobernador. La frecuencia de sus piernas comenzaron a reducirse y el agua se convirtió en su fiel aliada.

A mitad del paso se detuvo por un momento, pero la andanada de Esparza Ortiz y el ritmo del gobernador lo obligaron a seguir.

En un principio, se tenía presupuestado realizar una parada en la Procuraduría General de Justicia para rehidratarse, sin embargo, eso no sucedió. Por lo que todos, incluidos los universitarios que acompañaron a las autoridades, tuvieron que seguir sin el líquido vital.

Las subidas y bajadas de los reporteros gráficos de las camionetas que los trasladaban estuvieron presentes, lo que ocasionó que por poco uno de ellos tirara al gobernador de su bici; situación que hubiese sido la nota de muchos medios.

Cuando los rojos frenaron el paso del mandatario estatal, el rector logró darle alcance y juntos finalizaron el recorrido.

A su llegada Moreno Valle preguntó: “¿Cuánto nos hicimos? –menos de 30 minutos-“, le respondieron, “ok, perfecto, estuvo fácil, ¿no?”, contestó; el rector complemento de manera irónica, “sí, fácil”, lo que ocasionó las risas de los presentes, pues con una mano tomó de un trago la botella de agua que le dio su personal, mientras que la izquierda le sirvió para limpiarse la cara con servilletas.

A lo lejos se escuchó otro “sí, estuvo fácil” del edil municipal, que cansado bajó de su bicicleta y se incorporó a los pronunciamientos, “denle una botella de agua por favor”, pidió el gobernador.

Finalmente, en conjunto hablaron de las atribuciones de este tipo de proyectos para el estado y coincidieron que estos beneficiarán la movilidad en la ciudad.