En política para hacerse notar se vale de todo. Esto lo tienen claro los aspirantes del tricolor para el 2016 y los antimorenovallistas como José Juan Espinosa. Vestidos de charros, con sombreros, botas y cinturones, y agarrando muy bien los cueros de las riendas para no caerse de los caballos ni de la precampaña, cien jinetes —encabezados por Juan Carlos Lastiri, Blanca Alcalá, Enrique Doger, Manuel Vega Rayet y Alberto Jiménez Merino— cabalgaron ayer de San Pedro Cholula a la Angelópolis para realizar #LaTomaDePuebla, como una metáfora al inicio de la revolución en territorio poblano en 1905 y al yugo morenovallista que ha mantenido al PRI en el exilio durante los últimos cinco años.

Más revolucionarios que nunca. Supuestamente más unidos que nunca. Y más optimistas que nunca. La centena de jinetes tricolores -entre los que destacaron los dirigentes de Movimiento Ciudadano José Ángel Pérez y el antes mencionado José Juan Espinosa, y su personero Luis Alberto Arriaga- cantaron sobre sus caballos el himno nacional a todo pulmón y dejaron un arreglo floral sobre el Mausoleo de los Hermanos Serdán, monumento en el que descasan los restos de Aquiles, Carmen y Máximo Serdán.

Acompañados por los ediles Juan Carlos Lastiri y Blanca Alcalá arrumbaron los tenis y las playeras deportivas de su nueva runner life como la carrera que organizaron en el día de las madres y los cambiaron por botas y pantalones de mezclilla para ahora transformarse en charros orgullosos de la caída del porfiriato fraguada hace 105 años. Durante las dos horas de recorrido, el subsecretario de la Sedatu se cansó de presumir sus dotes ecuestres muy bien aprendidos en sus haciendas y ranchos de su natal Zacatlán.

***

Rebotando en la silla de su descontrolado palafrén, Enrique Doger, sin el look charro del resto, desvió con bromas su inexperiencia como jinete durante todo su camino. Risas con Blanca Alcalá, chistes con Jiménez Merino, cruce de comentarios con Nancy de la Sierra pero el ex rector de la BUAP demostró que lo suyo es la ciudad y la retórica, pues una vez ingresados en La Recta Cholula se aventó la puntada del día “¡Cuidado con las Fotomultas!”, gritó el suspirante. Ya en el Paseo Bravo, Doger no pudo ocultar el dolor abdominal de tanto golpear en el lomo de su cansado jaco y se refugió en la sombra de un árbol mientras veía como sus demás compañeros no sufrieron los más de cinco kilómetros de viaje sobre los acuartillados.

Blanca Alcalá lució más cómoda durante el recorrido. Algunos de sus escoltas que le cuidaron el andar ya la vieron como “El Bronco” Rodríguez cuando el ahora gobernador de Nuevo León entró al Parque Fundidora para rendir protesta como el primero mandatario electo por una candidatura independiente. Toda de mezclilla y con sus botas de montar, la senadora, quien estuvo todo el camino acompañado de su hija Karina Romero, no titubeó las bridas como sí lo ha hecho con la candidatura tricolor aunque de nueva cuenta fue la más saludada entre todos los jinetes.

***

Envalentonado y ya eufórico por los aires revolucionarios, Lastiri fue el que encabezó el discurso en el Paseo Bravo -lugar en el que se desarrolló una verbena popular con olor a chalupas rojas, verdes y naranjas y a una cada vez más cercana alianza entre el PRI y MC- para asegurar que “Puebla necesita reconciliarse con sus ciudadanos y dar muestras de unidad más allá de colores partidistas y filias políticas”, no sin antes asestar otro golpe al enemigo “y que lo escuche quién lo tenga que escuchar”, en alusión a Moreno Valle, enemigo de la #CabalgataDeLaUnidad como los protagonistas de este acto postrevolucionario lo llamaron en redes sociales, aunque el HashTag no logró colocarse ni siquiera como TrendingTopic en Puebla.

Tras el mensaje bélico de Juan Carlos Lastiri, Blanca Alcalá y Enrique Doger no se quedaron atrás y en entrevistas por separado resaltaron la unidad de paseo. Los últimos dos ex alcaldes capitalinos emanados del PRI aseguraron que la unión entre diferentes actores políticos de la entidad es una muestra de que el cambio está a punto de llegar, sin embargo, ninguno se atrevió a confirmar si ellos serán quienes dirijan al estado desde Casa Puebla a partir del 2017.

La pasarela priista o la #CabalgataDeLaUnidad culminó entre abrazos y aplausos tensos, sabedores de que la maquinaria morenovallista ya arrancó con todo su poderío populista con la entregada gratis de uniformes, mochilas, escrituras y boletos de fútbol. Los priistas y antimorenovallistas dejaron los caballos y se adentraron en la verbena que ya los esperaba con peticiones, vasos de refresco, reclamos sordos y garnachas. Ellos, tricolor y naranjas esperan que el 5 de junio ya llegue para conocer si permanecerán en las sombras otro año o por fin regresarán al añorado privilegio del poder.