Thursday, 28 de March de 2024


José Juan Espinosa, mal con Dios, con el Diablo y con Movimiento Ciudadano




Escrito por  Carlos Montenegro
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Las profundas heridas proferidas por el presidente municipal de San Pedro Cholula a un amplio grupo de ciudadanos radicados en la demarcación que gobierna, siguen teniendo consecuencias muy notorias a la vista de la opinión pública.

La mezcla de frustración, impotencia e ira hacia el alcalde emanado del partido Movimiento Ciudadano, podrían entenderse como agentes causales de la incineración de una patrulla suscitado minutos después del Grito independentista, por cierto, realizado esta vez en el inmueble conocido como Casa del caballero Águila, y no en el zócalo central como tradicionalmente se ha efectuado.

 

 

José Juan Espinosa podrá negarlo, pero es un hecho que la administración municipal que preside atraviesa por una crisis de ingobernabilidad que él mismo ha propiciado a través de los graves desaciertos en la toma de decisiones y al momento de ejercer sus actos de gobierno.

 

 

Pero las vicisitudes adversas del JJ no terminan en el Ayuntamiento cholulteca, también se han trasladado al plano político, específicamente al seno de ese feudo con careta izquierdosa en el cual ha sentado sus reales y que lleva por nombre Movimiento Ciudadano.

 

 

Ahí, también el inexorable tiempo le empieza a cobrar factura, pues el periodo de un cargo que ostentaba en el comité nacional de MC ha concluido, situación que ha sido aprovechada por el dirigente estatal del partido, José Ángel Pérez García, para paulatinamente conformar una corriente paralela a la que empieza a perder José Juan Espinosa.

 

 

De esta forma, mientras en el Ayuntamiento de San Pedro Cholula ha perdido el respeto de los ciudadanos, en Casa Puebla podría ser mal recibido el fracaso en torno a la edificación del Parque de las Siete Culturas y eso también tendría sus consecuencias. De igual forma, el fuego amigo al interior de Movimiento Ciudadano completaría la tercia en origen de lo que José Juan vive y está por vivir.

 

 

Si bien alguien tuvo la ocurrencia de decir que cada pueblo tiene el gobierno que merece, hoy podemos decir que lo ocurrido al JJ es por justo y equitativo merecimiento.

 

 

En Esperanza otro decepcionante alcalde emanado de Movimiento Ciudadano

 

 

En esa delicada, por insegura zona limítrofe, entre Puebla y Veracruz, específicamente en el municipio de Esperanza gobierna otro alcalde emanado de Movimiento Ciudadano, se trata de Eduardo Barojas Huerta, también ahí el munícipe ha causado decepción a la mayoría de ciudadanos que confiaron su voto luego de múltiples intentos hoy entendidos como necedad por gobernar Esperanza.

 

 

La biografía política de Eduardo Barojas está escrita en la historia del PRI, PRD y MC, y su fin siempre fue convertirse en presidente municipal, lo que consiguió con el partido naranja, luego de ser derrotado en la elección pasada donde representó al partido tricolor, para ello se valió del hartazgo ciudadano que provocó la dinastía de los Huerta y la patética administración de Fidel Arcos Ramírez.

 

 

De tal forma que el pueblo de Esperanza fue arrastrado hasta la forzada alternativa de elegir, no al mejor, sino al menos peor y encontró en Lalo Barojas la única opción para no votar en blanco.

 

 

Actualmente, la gris administración del alcalde ha causado decepción y a la vez constata lo que siempre fue una sospecha oculta, inconsciente, latente y real, Lalo sólo deseaba el poder por el poder… y por los negocios, claro está.

 

 

A casi seis meses de ejercer el cargo ha quedado claro que Lalo está cortado con la misma tijera Que Víctor Huerta y Fidel Arcos, los tres comparten una afinidad: la mentira, los tres prometieron transformar en positivo Esperanza, así lo hizo el actual munícipe al rendir protesta, hoy a siete meses de aquel discurso prometedor todo ha quedado en una perorata, las obras y actos del gobierno de puertas abiertas son sólo palabras que el viento se llevó.

 

 

Al menos ese es el sentir del desesperanzado Pueblo de Esperanza, donde también “la voz del pueblo es la voz de Dios”.

 

 

 

 

 

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