Con el regreso escalonado del sector automotriz, Puebla ha sido colocada a un paso del abismo por el Gobierno federal de López Obrador.

 

Ellos, como siempre, tienen otros datos.

 

Con esos otros datos, colocaron a Puebla en el semáforo naranja y se inventaron trece municipios de la Esperanza para reanudar actividades no esenciales.

 

AMLO, asesorado por López-Gatell, ve a Puebla en el semáforo naranja porque en sus registros sólo aparecen 190 muertos, contra 285 que ha dado a conocer el gobernador Barbosa, más lo que se acumule esta mañana.

 

AMLO ve a Puebla no muy grave, eso autorizó el regreso de la industria automotriz y para ello cambió el decreto del Consejo General de Salubridad publicado en el Diario Oficial de la Federación ¡tres veces!

 

No se tiene registro previo de algo así.

 

La primera publicación autorizaba el regreso de la minería, la construcción y el sector automotriz al día siguiente de la divulgación en el DOF, es decir, el 14 de mayo.

 

Al otro día esa primera publicación fue suplantada por una segunda —sí, suplantada— por otro decreto que enviaba al 1 de junio el reinicio en los nuevos sectores esenciales.

 

Como alguien les jaló las orejas —Trump—, una tercera versión del mismo Decreto, ahora estableció que podían regresar desde el 18 de mayo siempre y cuando cumplieran medidas sanitarias y protocolos de risa.

 

Sí, de risa, porque para volver a abrir sólo se requiere llenar un cuestionario de 60 preguntas y, pum, autorizados a volver.

 

Así lo dijo ayer AMLO: se anuncia la creación de una oficina a través de la cual las empresas podrán solicitar la reapertura. "Contesta un cuestionario, son como 60 preguntas. Hace el compromiso, la empresa, ya sea de la construcción, minería o automotriz, de actuar de manera responsable bajo protesta de decir verdad y se les va dando el permiso, la autorización ", precisó.

 

Luego dijo, se harán revisiones aleatorias del cumplimiento de los protocolos. Y ya si se incumple, “se actuará legalmente”. Una burla todo esto.

 

Con el Decreto de su lado, el sector automotriz de Puebla abre oficialmente el 1 de junio, pero en realidad comienza a moverse forma escalonada desde hoy con el pretexto de reabrir oficinas y recibir capacitación.

 

Los turnos definidos para la reapertura en realidad comenzarán a funcionar a todo vapor el 25 de mayo, pues las empresas en EU reabren el 1 de junio, por lo que la proveeduría debe arrancar una semana antes.

 

Puebla está al borde del abismo: miles de poblanos comenzarán a salir a las calles con pretexto, porque sin pretexto miles se dieron vuelo los fines de semana con los tianguis y los torneos de futbol. Ante la inacción de los presidentes municipales para aplicar con firmeza los decretos de Susana Distancia, todos se dieron vuelo.

 

Mañana daremos otro pasito al abismo, el 25 de mayo otro, y el 1 de junio caeremos por el despeñadero.

 

El único freno sería un decreto de Barbosa, pero el costo político sería altísimo: enfrentarse al Gobierno federal, y al sector productivo más importante del estado.

 

Pero todo este apocalipsis parte de los otros datos de AMLO y de López- Gatell: los 190 muertos de ellos vs los 285 registrados por Puebla sin que nadie se haya ofrecido a aclarar esa disparidad que nos coloca como un caso de mediana gravedad, el semáforo naranja.

 

¿Cuánto se van a disparar los contagios, los hospitalizados y los muertos?

 

Siempre habrá que recordar qué nos llevó a un paso del abismo.

 

O quién.