Jueves, 18 de Abril del 2024
Jueves, 20 Enero 2022 01:32

Echeverría liquidó las reglas del tapadísimo y creó el dedazo

Echeverría liquidó las reglas del tapadísimo y creó el dedazo Escrito Por :   Carlos Ramirez

El proceso de sucesión pasó entonces a una decisión unipersonal, aunque pagando el costo de fracturas internas, división de grupos y resentimientos por los engaños.


 

Testigo directo y activo de los procesos de sucesión presidencial de 1958 y 1964, Luis Echeverría Álvarez terminó con el juego interno en la cúpula del poder para la selección negociada del candidato presidencial priista e instauró el método directo del ‘dedazo’ personal.

 

Hasta la nominación de Gustavo Díaz Ordaz como sucesor de López Mateos en 1963, el mecanismo pasaba por una serie de reglas, acuerdos y pactos secretos para mantener la cohesión de la clase política entonces con muchas figuras con autonomía relativa.

 

En 1975, Echeverría aplicó el juego del gato y el ratón a la candidatura presidencial: ordenó la difusión pública de una lista de seis precandidatos, provocó una guerra interna entre grupos priistas y dijo que el candidato sería producto de una auscultación en todos los niveles del sistema político, pero al final señaló con el ‘dedo de oro’ presidencial -caracterización de Guillermo Sheridan- al precandidato que estaba en el último lugar, carecía de grupo político y de poder y era considerado por Echeverría como su hermano de juventud.

 

El proceso de sucesión pasó entonces a una decisión unipersonal, aunque pagando el costo de fracturas internas, división de grupos y resentimientos por los engaños. Hasta para el propio Echeverría, la sucesión presidencial era un método político de equilibrios al interior del sistema y obligaba al feliz agraciado -ungido, señalaría la gramática priista- a negociar con todos los grupos para mantener la unidad.

 

En 1975, el candidato natural del viejo método era Mario Moya Palencia, secretario de Gobernación en el gobierno de Echeverría, y subsecretario de Gobernación, el principal colaborador de Echeverría en el gobierno de Díaz Ordaz. La principal interpretación de entonces señalaba que López Portillo sería un títere y que Echeverría seguiría gobernando de manera indirecta como ‘jefe máximo’ al estilo Plutarco Elías Calles.

 

Sin embargo, el poder presidencial es indivisible y López Portillo se negó a ser el títere y fue sacando a Echeverría de los espacios de poder, reproduciendo a nivel moderno el exilio del presidente Cárdenas al expresidente Calles por la designación de Echeverría como embajador en las islas Fiji, justo al otro lado del globo terráqueo.

 

Echeverría engañó a todos los precandidatos: el día del destape los reunió en la Casa del Obrero Mundial para una junta de trabajo y ahí llegó la información de que justo en ese momento Fidel Velázquez estaba destapando a López Portillo como candidato en la Secretaría de Hacienda en Palacio Nacional, mientras los otros cinco precandidatos estaban encerrados y a oscuras por la exhibición de una película.

 

A partir de la sucesión presidencial de 1981, los priistas perdieron la ingenuidad y nunca más creyeron en las listas presidenciales oficiales que utilizaron los presidentes De la Madrid, Salinas de Gortari, Zedillo y Peña Nieto, porque el juego de listas públicas quería ocultar el método del ‘dedazo’ presidencial en la selección del verdadero válido.

 

El viejo método de auscultación en la designación del candidato formaba parte de la más importante regla del juego político del sistema priista y buscaba a lo largo de cada sexenio construir las alianzas para que el PRI llegara fortalecido y unido a la elección presidencial. Como funcionario del PRI, luego oficial mayor de Gobernación y subsecretario de Gobernación, Echeverría fue testigo directo de las disputas graves entre los grupos sucesorios en 1958 y 1964, pero todos manteniendo la disciplina por los acuerdos obligados del candidato seleccionado.

 

Díaz Ordaz siempre supo que su candidato presidencial sería Echeverría y no Antonio Ortiz Mena (Hacienda) o Alfonso Corona del Rosal (Departamento del DF) o su brazo derecho Emilio Martínez Manatou (Presidencia). Como candidato, Echeverría rompió su dependencia absoluta de Díaz Ordaz y estuvo a un segundo de ser cambiado como candidato por el minuto de silencio guardado en la Universidad Nicolaita de Michoacán en memoria de los estudiantes fallecidos en Tlatelolco.

 

Al destruir el modelo consensuado de sucesión presidencial, Echeverría marco el principio del fin del sistema político priista.

 

-0-

 

Política para dummies: En política la única regla es el poder.

 

Indicador Político se suma al ambiente de sucesión presidencial 2024. Inscríbase a la red de WhatsApp de la revista digital semanal Palacio Nacional 2024: Ana Karina Sánchez López, anakarinasl@hotmail.com WhatsApp: 55-1058-6460 y consultar www.indicadorpolitico.mx

 

El contenido de esta columna es responsabilidad exclusiva del columnista y no del periódico que la publica.

 

http://indicadorpolitico.mx

indicadorpoliticomx@gmail.com

@carlosramirezh

Canal YouTube: https://t.co/2cCgm1Sjgh

 

---30---

Google News - Diario Cambio