Con la publicación de este indicador, sabemos ahora que la economía poblana tuvo una caída cercana al 12 por ciento durante el año 2020, por encima del promedio nacional que fue del 8.5 por ciento. Esta caída se convierte en la más fuerte para la entidad en la historia de la medición, que data de 1981. Los peores decrecimientos para el estado habían sucedido en las crisis de 1995 (-8.5 por ciento), y de 2009 (-7.8 por ciento).
En aquellas ocasiones, el estado también presentó una mayor afectación que el promedio nacional. Pareciera que a Puebla le caen peor las crisis que a la mayoría de las entidades federativas, no obstante, la diferencia no había sido tan considerable como en esta última.
Es cierto que el 2020 fue un año de crisis global, sin embargo, es pertinente dimensionar de manera adecuada el impacto en la actividad local, por ello, le comparto algunas referencias:
- La economía mundial decreció aproximadamente 3.5 por ciento durante el 2020, por lo tanto, Puebla tuvo una caída equivalente a 3.4 veces la caída mundial.
- La economía estatal decreció 1.5 veces, por lo que decreció el país.
- Puebla tuvo el tercer peor desempeño económico nacional, sólo por detrás de Quintana Roo y Baja California, dos estados que dependen primordialmente del turismo nacional e internacional.
- El impacto negativo en la economía poblana es prácticamente 50 por ciento mayor al de las crisis de 1995 y 2009.
- Puebla decreció más que España, quizá la economía más afectada durante el 2020, que se contrajo 11 por ciento.
¿Por qué la economía estatal tuvo tan mal desempeño en el 2020? En mi opinión, hay varios factores que contribuyeron a esta debacle.
Primero. La economía ya venía decreciendo desde el año 2019 y desacelerada desde el segundo semestre del 2018 a consecuencia de las políticas públicas de la 4T. Ya lo hemos comentado en este espacio, y detallaremos los impactos para Puebla próximamente. Las cifras están ahí y son claras.
Segundo. Los principales sectores productivos del estado como el comercio, servicios de esparcimiento y alojamiento, industria automotriz, textil y de la confección, fueron particularmente afectados por los confinamientos. Por otro lado, en la entidad es poca la producción de la mayoría de los productos o servicios que tuvieron auge durante este periodo, como son: equipo médico, vacunas, medicinas, frutas y verduras con calidad de exportación y servicios digitales o logísticos. Tampoco llegaron nuevas inversiones en esos sectores.
Tercero. Puebla quedó fuera de las obras emblemáticas y proyectos prioritarios del presidente Lopez Obrador, los cuales difícilmente serán rentables, pero que sí generan derrama económica durante su construcción. Tampoco cuenta con el esquema fiscal preferencial con el que contaron los estados de la frontera norte.
Cuarto. El confinamiento en la entidad fue mayor y con mayores restricciones que en el resto de la república.
Quinto. Falta de apoyo gubernamental en todo el país, producto de la política pública “si tienen que quebrar, que quiebren”. Sin embargo, algunos gobiernos estatales, principalmente del Bajío y Occidente, sumaron esfuerzos para implementar programas de apoyo para la conservación del empleo en las PYMES y de atracción de nuevas inversiones, que parece ser, moderaron el impacto de la crisis y, sobre todo, acelerarán su recuperación.
Ante este complicado escenario, ¿qué podemos esperar del 2021 y la recuperación económica del estado? Sobre eso, platicaremos en otra ocasión.
Puntalito.
- Tabasco fue la única entidad que tuvo crecimiento económico en el 2020.
- Por el momento, la cifra oficial del presupuesto destinado a la refinería de Dos Bocas, que se construye en ese estado, va en 12,400 millones de dólares del erario y contando.
