Eduardo Rivera se dispone a hacer un negocio más desde su posición como presidente municipal de la ciudad de Puebla, es una transacción que superará los 50 millones de pesos y será de lo más sencillo: sólo decir sí a una oferta económica que será un acuerdo redondo que le convenga a su gobierno y a quien le entregue el jugoso trato.
El Ayuntamiento se dispone a vender por la vía de la subasta, es decir al mejor postor, los cinco mil 602 vehículos que se encuentran en el corralón municipal.
Los únicos argumentos que hasta ahora han dado para hacer esto es: riesgo porque son inflamables, hay ratas y ratones, y el espacio está atiborrado, según las justificaciones de la tesorera municipal, María Isabel García Ramos.
Explicaciones escuetas. Evitó decir, por ejemplo, que necesitan espacio para los autos que infraccionen por los parquímetros.
Pero volviendo al negocio, el deal de ‘Lalo’ Rivera es claro: vender cinco mil 602 autos en calidad de chatarra representa para el gobierno municipal una entrada de al menos 50 millones de pesos y podría llegar hasta los 67 millones.
Veamos. En el mercado de las autopartes y deshuesaderos el precio de un automóvil chatarra oscila entre 8 y 10 mil pesos. Para efectos de redondeo dejémosle en 9 mil pesos cerrados por auto.
Si en el corralón municipal existen cinco mil 602 autos y cada uno tiene un precio de chatarra de 9 mil pesos, el Ayuntamiento de Puebla recibirá 50 millones 418 mil pesos.
La otra variable es venderlo por kilo. El precio del metal con el que se elaboran los autos vale 8 pesos el kilo. Un vehículo pesa mil kilos, el más sencillo, tipo sedán, como Tsuru, Chevy o Volkswagen y dos mil kilos una camioneta tipo van, suburban o quizá una pick un con cabina.
Son cinco mil 602 vehículos y si cada uno pesa en promedio una tonelada y media, eso significa que son ocho mil 403 toneladas y multiplicado a 8 pesos el kilo, representa 67 millones 224 mil pesos.
Pero el negocio no es solamente el dinero que recibirá el Ayuntamiento, sino a quién se lo dará.
Una cuestión es el precio del metal y otra todos los componentes como asientos, volantes, cinturones de seguridad, mangueras, depósito de líquidos, tableros, faros, rines, tapetes, encendedores, estéreos, bocinas, antenas, vestiduras, manijas, botones, cristales, todo. Cada autoparte se puede vender por separado.
Es por eso que es un gran negocio comprarlo como chatarra y luego venderlo por partes. Y en Puebla todos saben dónde es el epicentro de las refacciones y autopartes.
Existe un fuerte rumor que el alcalde pretende dar este negocio redondo al Movimiento de Organizaciones Unidas por Puebla (MOSUP), organización política y social creada en 2016 y cuyo dirigente es Moisés Ortiz Bracho.
Ortiz Bracho es el líder de los comerciantes de refacciones de la calle 46 Oriente, y apoyó fuertemente en campaña a Eduardo Rivera, es así que desocupar el corralón para que ya no existan ratas, será un ganar-ganar para el panista y su amigo.
