El sindicato de Volkswagen engañó a sus 6 mil 867 afiliados que trabajan en la fábrica automotriz, sin consultar a la base aceptó la deslumbrante oferta del 9 por ciento directo al salario más los dos puntos en prestaciones y garantizó a los representantes de la empresa alemana que los obreros la tomarían sin repelar.
Es decir, la representatividad patronal negoció a la antigua, como si no hubiera reforma laboral que obligara a una consulta sobre el aumento, y la comisión negociadora consintió.
El líder sindical, José Juan Hernández López, y su comitiva estaban seguros que los trabajadores votarían que sí, como ellos lo harían.
Emocionados y confiados salieron de la reunión del 20 de julio, pero se tardaron 16 días en hacer la consulta obligada. Vino entonces el primer rechazo. Sorprendió a todos.
Se volvieron a tardar 26 días para hacer la segunda consulta, mientras tanto, la empresa, el gobierno y el mismo sindicato metieron presión, pero la base volvió a rechazar. Era el momento de hacerse escuchar, aprovechar la ley y así lo hicieron.
Esto explica, ahora, la cerrazón de Volkswagen, su negativa a renegociar y también de aplazar la huelga, la empresa cumplió desde julio con un buen aumento y hubo trato. El sindicato se comprometió a convencer a la base, y no lo logró.
Volkswagen tiro alto desde el inicio
En las mesas de negociación del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, los ejecutivos de Volkswagen lanzaron la oferta más grande, el gremio llegó a solicitar un 15 por ciento directo al salario derivado de las ocho asambleas divisionales y la contraparte patronal les respondió con un 9 por ciento.
La comisión negociadora no se lo esperaba, los sorprendió. Lo único que reclamaron en su momento fue el pago integral del reparto de utilidades y la automotriz accedió sin chistar.
José Juan Hernández López y su gente estaban contentos, regresaron a Puebla a festejar como sólo ellos saben y les gusta. Bromeaban con que se reelegirían.
El Sindicato Independiente de Volkswagen (Sitiavw) no ha sido honesto con la base, no les da la cara y no ha tenido una correcta línea de comunicación. Se limita a inundar a los trabajadores con embrollados comunicados que no logran el objetivo. El que más habla es el asesor jurídico, sobre quién pesan dudas.
La representatividad gremial de José Juan Hernández López ha quedado chica ante el pedazo de acontecimiento que tiene enfrente, era el momento de hacer historia y no lo han podido hacer, por eso se esconden, argumentan que van a la Ciudad de México y todavía se atreven a bromear que visitarán Six Flags.
La tensión crece para ambas partes, están llevando al límite la situación, lo más lamentable es que el sindicato ya cerró los préstamos, cuando lo que debería de hacer es ponerlo a disposición, o al menos explicar que con eso podrán subsistir durante los días de cierre.
Por lo pronto el personal administrativo ya ha sido informado que entre miércoles y jueves se llevan sus computadoras a sus domicilios para hacer home office, hasta ellos están enojados porque solo recibirán el 5 por ciento de aumento, pero no tienen un sindicato de respaldo.
