A pesar de los enormes esfuerzos que hemos hecho para ser reconocidas y consideradas en el ambiente económico, político, laboral, académico, social, cultural y aun cuando seguimos estando por debajo de las condiciones en las que se encuentran los compañeros del género masculino, hoy podemos afirmar con gran seguridad que somos una pieza clave en la generación de riqueza en nuestro país y en el mundo entero.
Según estadísticas que revela el último censo de INEGI del año 2020, del total de la población económicamente activa que suma 52.6 millones de mexicanos, el 39.1% son mujeres y el 72.9% son hombres… sin embargo, aquí te menciono cómo con un porcentaje cuantitativo menor, podemos impactar de forma exponencial el tema.
Resulta que gran parte de las decisiones de compra son tomadas por mujeres, es decir, aunque en gran medida quienes pudieran generar el recurso, en teoría son los caballeros, las jefas de familia tienen influencia en lo que se gasta, cómo, cuánto y en qué; sumando a esto los millones de mujeres que generan el presupuesto, lo administran e incluso, lo multiplican a través de negocios exitosos o inversiones.
Hablar de la presencia de las mujeres en la economía nacional es hablar de mujeres que trabajan el campo, en actividades primarias de las zonas rurales, en la docencia, medicina, diversos oficios, que es obrera, comerciante, emprendedora, empresaria, inversionista, constructora, transportista, artista, atleta e incluso hoy, domina las redes sociales con una nueva categoría: las NENIs, llamadas así a las Nuevas
Emprendedoras de Negocios en Internet.
De esta manera, aun cuando siempre se hace un estudio previo para la creación de las nuevas tendencias de consumo, somos quienes al final las aprobamos, aplicamos y las hacemos crecer.
Desde épocas antiguas la mujer estuvo a cargo de cuidar lo que el hombre cazaba, sumando con su trabajo de recolección e inteligente administración para hacer crecer las aldeas y lograr excedentes, dando pie al comercio.
Hoy como líderes en diversos ámbitos abonamos sin duda al soporte económico del país, sumando en especie con el trabajo que no es remunerado ni considerado en la taza final pero que si se tradujera a términos monetarios, sería el equivalente a salarios mixtos que integrarían personal de asistencia doméstica, académica, psicológica, gastronómica, de salud, lavandería y más; mismos que se le atribuyen al rol femenino por añadidura sin ningún tipo de prestación.
Hoy, si queremos que la economía de nuestro país se fortalezca, debemos voltear a ver el cómo las mujeres aplicamos nuestro talento, esfuerzo, entusiasmo, creatividad y toque especial para que las cosas avancen, haciendo equipo y sumando en pro de un crecimiento colectivo.
Por eso, por todas y todos, es momento de trabajar de la mano para generar una igualdad de circunstancias para que el país llegue más lejos, respetando y no violentado, valorando y complementado lo grandiosos que somos en general las y los mexicanos.
Hoy tenemos voz y voto, hoy somos igual de valiosas y generadoras… hoy todas y todos podemos ser… UNIVERPRESARIOS!
