Viernes, 19 de Abril del 2024
Martes, 23 Marzo 2021 01:37

La riqueza está en la sustentabilidad

La riqueza está en la sustentabilidad Escrito Por :   Anabel García Morales

En varias participaciones hemos hecho hincapié sobre la importancia de aprender a aprovechar las bondades que la madre tierra y la naturaleza misma nos dan, y aplicar de forma sistémica  la cadena productiva.


 

Esto viene a colación por las conclusiones a las que la pandemia me ha hecho llegar y, casualmente, una película que aun cuando la he visto en innumerables ocasiones, me ayudó a comprender que llamamos pobreza y riqueza a ciertas condiciones y estados, que muchas veces podrían definirse como sustentabilidad o falta de ella.

 

Para ejemplificarlo mejor, quisiera citar la película Apocalypto, una cinta dirigida por Mel Gibson por ahí del año 2006 y, aun cuando tiene un contexto un tanto exagerado y demasiado sangriento para mi gusto, puede mostrar algunas cosas al respecto de la situación como pudiéramos concebir la riqueza.

 

Ahí vemos a un grupo de cazadores que viven en una aldea muy bien organizada, fraternal, bajo separación de roles, aportación de talentos en trabajos específicos y sobre todo, conciencia y respeto por la madre naturaleza.

 

De pronto, cuando la invasión de otro pueblo llega, con el propósito de ganar tributo y esclavos que puedan poner su fuerza a merced de quienes, por su ideología mantienen el poder en otra región, se ejemplifica la aparición del abuso de clases, donde en el afán de construir un imperio, acaba de forma desmedida los recursos naturales, explota al hombre, vende animales exóticos e incluso, hay una escena donde se deja en manifiesto la aparición del hurto ante un desorden generado por una distorsión de la convivencia social.

 

Hago referencia gráfica y puntual de este contexto porque se me hace sumamente interesante; y si lo adaptamos a la actualidad, podría dejar claro que estamos repitiendo esa historia.

 

Provengo de un municipio del Estado de Puebla que por mucho tiempo se denominó “El Granero de la nación” y hoy sólo le queda el recuerdo… la producción se ha quedado en el atraso y el valor de las semillas no se compara con lo que paga por productos procesado el consumidor final, dejando claro que, a pesar de ser sustentables, tener el alimento para sus mesas y las de miles de personas más, los productores del campo, no cuentan con la posibilidad de adquirir bienes y servicios que el mercado ha etiquetado como sinónimo de poder económico o riqueza.

 

Creo que hace falta, ante todo, definir que podemos modificar esas realidades mediante la conceptualización y el cambio de hábitos de consumo, el conocimiento del costo de producción de cada alimento que cultivan, de cómo podríamos reducir la brecha productor – consumidor final; y el cómo retomar la importancia de vivir en comunidad para generar realmente un contexto de desarrollo económico.

 

Porque, aun cuando creamos que la acumulación de bienes, productos lujosos, propiedades y más, puede garantizarnos la sobrevivencia, si no ponemos orden en la relación, valor real y superficial, podríamos correr el riesgo de perder lo importante por lo urgente; en otras palabras… en esta pandemia nos quedó claro que no podíamos darle una mordida a la llanta de nuestro auto para mitigar nuestra falta de alimento, mientras que la gente que vive en el campo o cerca de algún ecosistema, pudo resolver más rápido sus necesidades básicas.

 

Mucho debemos hacer y es momento de comenzar por ser conscientes de la posición que ocupamos cada uno de nosotros y nosotras para sumar de forma organizada, y preservar lo que tenemos que puede ser escaso en algún momento.

 

Si modificamos nuestra herencia económica y cultural respecto al dinero, mucho podemos mejorar; y de paso, echarle una mano al medio ambiente; y si quieres desarrollar un proyecto, con mucho gusto te asesoro para que logres impactar de forma positiva y sustentable en donde quiera que te encuentres.

 

Recordando que todos podemos ser… UNIVERPRESARIOS.

 

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