¡Qué pena!
¡Qué decepción!
Los poblanos que aman a su ciudad, a su monumental zona declarada patrimonio de la humanidad, hoy están decepcionados.
Regresaron al centro histórico entusiasmados con la idea de disfrutar de un embellecimiento que dé realce a cada una de las partes del mobiliario del Zócalo, según promesa de la alcaldesa, y ¡oh decepción!
No hay nada.
Nada que identifique una obra que realce el señorío del Zócalo.
Los cuatro meses que permaneció tapeado el Zócalo hizo suponer que ¡wow! La estampa sin alterar, su trazo original iba a levantar revuelo y… ¡oh decepción!
Como repetían las abuelas, “el gozo se fue al pozo”.
Por el contrario, hoy luce con menos árboles, y el ambicioso proyecto se redujo a un proceso de pintura de la herrería en color verde, sin más.
Desde luego que resaltan los cambios de piso que dieron pauta al robo de lajas según se acusa y se observa.
Pero insisto, no nada más yo, todos los que han ido, ¡qué decepción!
Ya sin madera se aprecia a unos cuantos trabajadores dándole mantenimiento a la cantera de la fuente de San Miguel, limpieza que pudieron hacer como hoy, sin necesidad de esconderse detrás de esas tablas con las que rodearon el perímetro del Zócalo.
La pregunta es…
¿Qué pasó?
¿Quién cuenteó a quién?
Porque a los poblanos nadie los cuenteó, los poblanos tienen millones de fotografías que dan cuenta histórica del Zócalo que ha sido escenario natural de páginas de la historia, de películas, de telenovelas, de historias amorosas, festivas, religiosas, cívicas, escolares, de honor, y ha sido reproducido en todas las técnicas del arte, por pintores, artistas de la lente, del video.
La pregunta es ¿por qué se escondió cuatro meses la imagen del Zócalo?
¿Para qué?
También decían las abuelas, “no hagas cosas buenas que parezcan malas”.
Hoy sin maderas el Zócalo está al escrutinio de todos los poblanos, como también están al escrutinio las acciones emprendidas por una administración municipal que se asegura pasará a la historia, pero como un capítulo de tres años perdidos, en los que se aplicó la resta de las grandes obras y el proyecto de rehabilitación del centro histórico que capta a miles de visitantes cada fin de semana.