Ante todo en la vida hay que ser agradecidos, y poner mucho cuidado para evitar caer en el terreno de la omisión que a todos lastima y termina revirtiéndose.
Esto lo expongo al agradecer a la vida que me dio la oportunidad de “cargar a los peregrinos”
Ahora pongo todo el empeño para no irme en el vuelo de “enero y febrero desviejadero”.
Y me podría seguir con las innumerables consignas en el contexto de un mundo en el que pareciera que estamos condenados a vivir bajo el yugo de los locos que fueron capaces de colarse a las cúpulas del poder y convertirnos a los gobernados en sus rehenes.
En este mundo de insólitos contrastes, la humanidad a través de sus teléfonos celulares se enteró al momento de dos decesos anunciados: el del ‘Rey Pelé’ que recorrió el mundo como embajador del deporte, y el del Papa emérito Benedicto XVI, sabio teólogo que defendió a la Iglesia Católica.
Morbosos como somos todos los humanos, “sin querer” dimos vuelo a la imaginación con la ruptura de la pareja que durante ocho años alimentaron a la “prensa rosa”: el Premio Nobel de literatura, el peruano Mario Vargas Llosa y la ‘Reina de Corazones’ la filipina Isabel Presley.
Sin saber las componendas de la historia, la exclamación al respecto fue ¡tenía que ser! Mientras en silencio Patricia la esposa de Vargas Llosa saboreó la hiel del desamor y la ingratitud.
Con el morbo hinchado seguimos el curso del plagio de la tesis profesional de la ministra Yasmín Esquivel, que como colofón llevó a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a Norma Lucía Piña Hernández.
No entendimos por qué habiendo un Secretario de Relaciones Exteriores en la estructura del Gobierno federal, se designó a la esposa del presidente de México para que acudiera con la representación de nuestro país a la toma de posesión del presidente de Brasil Luis Inacio Lula Da Silva.
Las interrogantes se acumulan.
Cómo que desde el Cereso 3 de Tamaulipas un narcotraficante, Ernesto Alfredo Piñón alias ‘El Neto’, regentea el cartel de ‘Los Mexicles’.
Los siguientes días iremos encontrando respuestas, sin olvidarnos de que para que este nuestro país cambie y sea justo, tenemos que comenzar por cambiar nosotros, cada uno.
¡¡¡Dispongámonos!!!
