Al señor presidente municipal de Puebla capital, don Eduardo Rivera y Pérez, alguien le dijo que tiene todo para ser gobernador del Estado y él lo creyó. Y ahora en vez de atender los graves problemas de la ciudad y del municipio se dedica a preparar el camino que según supone lo llevará a Casa Aguayo.

          Se ocupa de quitar la propaganda que anuncia el informe de su actividad como coordinador de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados federal de Ignacio Mier Velazco, que será el domingo en el Cholula Center al medio día, porque la considera propaganda política y dice que está prohibida, pero no dice qué ley la prohíbe o cual es la razón por la que ordenó su destrucción. ¿Tiene miedo? ¿Algún político de mayor rango se lo ordenó? Porque no existe ninguna razón lógica para cometer ese atropello.

          POR QUÉ NO MEJOR SE OCUPA DE VER O INVESTIGAR cómo se encuentra la calle 11 Oriente que es una de las calles más transitadas del centro, pues cientos de padres de familia la tienen que utilizar para llevar a sus hijos de jardín de niños, primaria, Secundaria y hasta Preparatoria, al Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec.

            Esa calle, en el trayecto que va de la 24 norte a la institución educativa ya mencionada es un desastre. Decenas de baches cada día más grandes impiden la normal circulación. También es el camino que los ciudadanos poblanos utilizan para ir a arreglar asuntos a la Secretaría de Finanzas, al Registro Civil, a unas instalaciones que ahí tiene el Seguro Social y hasta un conocido hospital privado. No se habrá dado cuenta de todo esto don Lalo.

           Debería pensar que lo beneficiaría más el ser un alcalde cumplido, responsable, eficaz y honesto, que andar retirando, mejor dicho destruyendo, los carteles de invitación de un diputado federal poblano a un acto en el que informará de lo que ha hecho como coordinador de los diputados de su bancada.

          Ignacio Mier es diputado plurinominal y además de representar a Puebla tiene la representación de una parte de la Ciudad de México y del estado de Morelos. Y en esos lugares también ha colocado carteles de invitación a su informe y las autoridades locales han respetado esos anuncios que son normales en estos casos.

           Nos dicen que alguien, que no es ni siquiera de su partido, le anda calentando la cabeza para que cometa barbaridades y él las está cometiendo. Y piensa que así nos puede gobernar.

           DE LOS INTEGRANTES DEL COMITÉ ESTATAL DEL partido Morena en Puebla hay muy pocos conocidos. En su mayoría son jóvenes y suponemos que dispuestos a realizar un buen trabajo al frente de su organización partidista.

            No la tienen fácil y deberán trabajar muy duro para poder organizar a su partido que por desgracia tiene muchos o todos los defectos que tienen los partidos políticos de México, sólo que el presidente de la República y fundador de ese partido es el líder político más popular, trabajador y honesto que haya habido en México durante mucho tiempo, pero la organización que lo llevó al poder debe ser también parte de su fuerza y no lo es.

           La nueva dirigencia en Puebla debe ser incansable en los trabajos de organización, que deben empezar por lograr la unidad, evitar la guerra sucia entre sus miembros que podría ser fatal; crear una infraestructura partidista que le dé presencia y fuerza en toda la entidad; difundir sus principios lo más que se pueda y lograr una organización, un partido fuerte, unido y con una escuela de política que prepare a sus nuevos cuadros a fin de que si llegan a ocupar puestos de elección popular se desempeñen con eficacia.

          Peligro de que pierda en las elecciones del 2024 no existe, pero los nuevos dirigentes deben ver más allá. Deben prepararse política y socialmente para responder a las expectativas de todos los ciudadanos, que son muchas.