Con subidas y bajadas, pese a los más de 200 mil muertos en la pandemia y el desplome económico de 8.5 por ciento del PIB, la aprobación a Andrés Manuel López Obrador se ha mantenido estable en 61 por ciento, lo que le crea a Morena un escudo de invulnerabilidad que será puesto a prueba en las urnas.

 

A veces lo tratará de romper el PRIANRD, en otras ocasiones la soberbia y opacidad que impera en la propia Morena. La mezcla de ambas es explosiva si se lleva a sus últimas consecuencias.

 

De las 15 gubernaturas en disputa, Morena ya no está en competencia en por lo menos seis de ellas…a dos meses de los comicios. O sea que puede empeorar.

 

Tiene perdido Baja California Sur, Nuevo León, Querétaro, Chihuahua. La tiene difícil en Campeche, San Luis Potosí. En Guerrero y Michoacán, de momento, no tiene candidatos por culpa de ellos mismos.

 

Eso significa que, en la mitad de las entidades en disputa, Morena no va a tener éxito. Estaría más firme si Félix Salgado y Raúl Morón, por soberbios, no hubieran rechazado presentar sus informes de fiscalización de precampaña al INE.

 

Lo mismo que 29 candidatos a diputados, entre ellos Julieta Vences, que fue bajada por la misma razón pero subida en la lista plurinominal en el sitio 8 de la Cuarta Circunscripción para retar al INE. Absolutamente innecesario.

 

Esa misma soberbia que invade la coalición se observa en la postulación del chilango Mauricio Toledo en el siglado PT por San Martín Texmelucan, desarticulando un Distrito que de por sí venía muy complejo.

 

Norma Layón necesitaba a Vianey García para equilibrar la operación electoral. ¿Y qué le dieron en vez de eso? Un ex delegado de Coyoacán que ni conoce el Distrito ni le interesa, sólo es una jugarreta de las dirigencias nacionales de los partidos. Una sinvergüenzada que hará perder ese Distrito.

 

Entre Julieta Vences, que sigue declinada por el IEE, Mauricio Toledo en Texmelucan, más la bajada de última hora de René Sánchez Galindo, sustituido por Liza Aceves, ayer Juntos Haremos Historia sólo arrancó en 12 de los 15 distritos federales.

 

No será la única bajada de última hora, pues desde ayer se rumora que el TEPJF va a tirar más candidatos precisamente por negar a los inscritos las garantías mínimas de transparencia y defensa jurídica. Entre ellos, se afirma, se encuentra Mario Carrillo.

 

Sin dar muchas explicaciones, la Comisión Nacional de Elecciones desestimó posibles reelecciones de diputados en el Congreso local: Tonanzin, Vianey, Nora Escamilla, Maurer. Ni siquiera analizó los casos de los cucarachos José Juan y Héctor Alonso.

 

¿Significa que la generación 2018 de Morena resultó un fracaso?

 

 

Podría decirse que sí, pero mucho de ese futuro se encuentra entre Gabriel Biestro y Claudia Rivera, pues aunque la primera salió mala para gobernar, resultó que sí salió buena para hacer grilla nacional y conseguirse padrinos allá, mientras que Biestro apostó por sentarse en la mesa del gobernador.

 

Hasta el momento, no hay ninguna operación política cicatriz entre los grupos ni una negociación de la planilla, por lo que se prevé que Claudia vaya a navajazo limpio contra sus enemigos, que lo mismo da que sea Eduardo Rivera que Luis Miguel Barbosa o Gabriel Biestro.

 

Si se analizan todas las variables que la soberbia provoca en Morena, se perfila que sea la principal causa de la derrota en vista de la debilidad discursiva y mediática que tiene el PRIANRD, pues aunque tiene candidatos con mucha más experiencia, el experimento acaba de cuajar.

 

La idea de armar el arranque de campaña en San Alejandro no era mala, pero ya ejecutada resultó pobre y contradictoria, pues una de las candidatas, Xitlalic Ceja, era diputada federal cuando el hospital se derrumbó en el terremoto del 19-S y en su momento no hizo nada por apresurar su reedificación.

 

¿Qué va a pesar más en los resultados del 6 de junio?

 

¿La soberbia al interior de Morena o los golpes que pueda propinar el PRIANRD?