En Zacatlán, el gobernador Barbosa se fue a la yugular en su discurso durante la toma de protesta de Pepe Márquez, el priista que convocó a toda la clase política que le queda al PRI y a algunos más, entre ellos Nacho Mier.

 

“Los júniors desprestigian a la política, son los fantoches de los privilegios, de los yates. Yo a mis hijos los tengo fuera. Mi hijo, que tiene una maestría, al otro día que gané me dijo que no quería ser el hijo del gobernador. Puso una franquicia de Italian Coffee en la CDMX y ahí está muy contento. Mi hija estudia una maestría en Derecho en Estados Unidos. Pepe, no dejes que tus hijos entren en la política. Cuida a tu familia”.

 

La pedrada rebotó entre varias cabezas de la primera fila, pues ahí estaban sentados varios políticos con júniors en la política, unos con más y otros con menos suerte. Se voltearon a ver Jorge Estefan, Juan Carlos Lastiri, Blanca Alcalá, Nacho Mier, Lorenzo Rivera y hasta Melquiades Morales Flores, el ex gobernador que volvió a ser el personaje más aplaudido de la tarde.

 

Pero no. La pedrada no era para ninguno de ellos, ya que el gobernador hablaba del contexto específico de Zacatlán, donde varias voces —incluido el actual edil— señalan que el vástago del ex edil Luis Márquez estuvo involucrado en varios asuntos raros.

 

Así que respiren todos: sólo hablaba de un júnior en específico.

 

Por cierto, Barbosa pidió expresamente investigar al ex alcalde Mario Alberto Cruz González, sentado en primera fila de invitados. Una voz gritó “aquí está”, a lo que el gobernador respondió: “pues aunque aquí esté, que se le investigue”.

 

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Una hora después, Barbosa cambió de opinión, pues lo que en Zacatlán desprestigia, en Chignahuapan no. A Lorenzo Rivera —tercera generación que gobierna ese municipio— lo llenó de elogios y le dijo que provenía de “un legado, un linaje, que sabe cómo gobernar”.

 

El evento, pasado por agua y frío de la sierra, tuvo un larguísimo proemio de salutaciones a los cientos de invitados de relumbre y priistas de todo el país y todas las generaciones. Un evento completo del cuadro más prometedor que tiene el tricolor para la próxima década.

 

En su discurso, Lenchito —como era llamado hasta hace unos años— le dijo al gobernador que quería ser su aliado, a lo que Barbosa respondió que era al revés, que él era quien quería ser su aliado y que esta semana le daría cita para checar cuestiones de presupuesto.

 

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En Tecamachalco no hubo rastro del gobernador Barbosa ni de su representación, pero acudieron dos gobernadores de Sinaloa: Quirino Ordaz, que deja el cargo y pasa a mejor vida como embajador en España, y Rubén Rocha, que asume dentro de siete días luego de ser el candidato más votado en 2021.

 

También acudieron una treintena de diputados federales de todos los colores, incluido Carlos Puente coordinador del PVEM. Se vio ahí también al senador Eduardo Ramírez, ex presidente de la mesa directiva de la Cámara Alta.

 

Un clamor comenzaba a tomar fuerza “¡Nacho gobernador!”, pero fue acallado de inmediato por la prudencia natural del coordinador de los diputados federales de Morena.

 

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El hiperactivo Alejandro Armenta no fue requerido a ninguna toma de protesta y rumiando su coraje se quedó en casa. Ni siquiera fue requerido por el edil electo de su municipio natal, Acatzingo, quien prefirió tener a los cuadros estatales de Morena y también a Nacho Mier.

 

A la baja los bonos del soldadote que no encuentra forma de colarse dado su peculiar y atrabancadísimo estilo de hacer política.

 

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Edmundo Tlatehui se conmovió hasta las lágrimas, junto con su auditorio, cuando mencionó a su esposa Lupita y a sus hijos como su motor para resistir en la política, lo que llevó a un amplio aplauso del auditorio en el que se encontraba Marko Cortés, su líder nacional, así como varios cuatros distinguidos del PAN.

 

Aprovechando que fue el único evento en el que coincidieron Genoveva Huerta y Augusta Díaz de Rivera, su líder nacional las forzó a la fotografía de unidad con un sonoro “ustedes dos, aquí, y déjense de mamadas”, que fue escuchado por muchos los presentes. Ambas aspirantes a dirigir el PAN obedecieron como corderitas y la gráfica salió.

 

Casi como pedrada, Barbosa le dijo a Tlatehui que San Andrés Cholula estaba para hacer cosas grandes, obras grandes, y que trabajarían de la mano esta misma semana.

 

La pregunta que flotó en el ambiente fue… ¿antes no estaba para cosas grandes?

 

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En Atlixco, Ariadna Ayala estuvo desprovista de figura políticas, aunque sí de empresarios siempre ansiosos de hacer negocios en la región.

 

Con un discurso pausado y con voz engolada, la alcaldesa no dijo nada relevante ni ofreció ninguna obra especial. El gobernador le respondió diciendo lo mismo que dijo en las otras tomas de protesta. Sin cambios de guion.

 

O sea, no hubo nota.