Dando por hecho que Nancy de la Sierra no va a reelegirse como senadora una vez que abandonó la bancada del PT para irse a integrar otra independiente “sin partido” y dado que Morena no le daría la oportunidad de traicionarlos otra vez, en la fórmula a la Cámara Alta hay un lugar vacante para una mujer al que Claudia Rivera Vivanco ya ‘le echó el ojo’.

 

La ex alcaldesa realiza recorridos estatales. De hecho, inició antes de la elección en la que buscó reelegirse con la mirada puesta en encabezar la fórmula al Senado. Ahora lo hace con pretexto de sumarse a la Reforma Eléctrica, a veces para conformar comités revolucionarios de apenas 10 personas.

 

La ex alcaldesa calcula que tiene vida después de la derrota. A su favor tiene un alto conocimiento, pero en contra que está llena de negativos después da la estela de escándalos que protagonizaron ella y sus principales funcionarios durante un trienio infernal.

 

Con tal carga de negativos, es imposible ganar una encuesta, por lo que Rivera Vivanco diseñó una estrategia para limpiar su nombre: denunciar sistemáticamente por “violencia política de género” con el objetivo de que el IEE o el TEEP ordenen a tales medios ‘bajar’ los contenidos que, supuestamente, la denigran o atacan su calidad de mujer.

 

Entre los periodistas denunciados se encuentran Gerardo Ruiz Herrera, Mario Alberto Mejía, Elvia Cruz y hasta cuentas anónimas de redes sociales.

 

Lo curioso de todas las demandas es que fueron presentadas mucho después de su derrota electoral, por lo que a posteriori lo que quiere es culpar a los medios de comunicación de su estrepitosa caída. Claro, es hilarante.

 

Por supuesto, el litigio se sustanciará ante las instancias correspondientes, pues Claudia al primero que acusó de cometer violencia política de género fue al gobernador Barbosa… y perdió.

 

Esa estela de negativos de la ex alcaldesa, pese a su aspiración, abre la puerta a otras mujeres destacadas de Morena de buscar esa anhelada primera fórmula que da entrada segura a la Cámara Alta.

 

Entre ellas destacan tres: la alcaldesa Norma Layón, la diputada federal Julieta Vences y la titular de Bienestar estatal, ‘Liz’ Sánchez.

 

Norma Layón es un caso de éxito, pues pacificó San Martín Texmelucan que tenía una década de ser territorio comanche, con regadero de muertos y desmembrados. Su estilo fuerte, de mucho carácter, le hizo ganarse el respeto de la comunidad que votó por reelegirla aunque le inventaron el cuento de que había robado la elección.

 

Abraham Salazar de MC quiso hacer un movimiento social, pero fracasó porque en el municipio están contentos con ella. Hizo una marcha de apenas 50 personas y nunca pudo prender la resistencia social.

 

Hasta el día de hoy, y pese al complicado panorama de seguridad, a Texmelucan no ha vuelto el regadero de cadáveres y eso hace pensar que Layón podría buscar el Senado.

 

Otra opción es la diputada federal Julieta Vences, que logró la reelección en San Lázaro por la vía plurinominal luego de que el INE le canceló su candidatura. Con predominio en la zona de Serdán, tiene un excelente panorama mediático ahora que preside la Comisión de Equidad de Género, y las excelentes relaciones de su esposo en la Comisión Nacional de Elecciones van a pesar. En su contra está el hecho de que por su escaso nivel de conocimiento difícilmente ganará una encuesta si no comienza a acelerar.

 

En tercera posición se ubica ‘Liz’ Sánchez, titular de Bienestar en el gabinete barbosista. Aunque su salida de la dependencia es uno de los rumores insistentes cada cierto tiempo, por tratarse de una cuota para el PT, y en específico para el profe Anaya, ni siquiera el fracaso de la Alianza Felicidad y la ruptura del convenio con la Congregación María Trinitaria, la puso en la cuerda floja.

 

‘Liz’ Sánchez ya fue diputada local y federal, y tras convertirse en titular de Bienestar, su currículo luce sólido en caso de que el PT se adueñe de posiciones importantes para repetir la alianza con Morena y el Verde. Un buen pago sería la primera fórmula al Senado, y no dude que así lo pida el profe Anaya.

 

En mi opinión, Norma Layón, Julieta Vences y ‘Liz’ Sánchez parten con ventaja, pues aunque no son tan conocidas como Claudia Rivera, claramente no sufren tantos negativos.