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Martes, 15 Marzo 2022 02:09

La corrupción emparenta a Claudia Rivera con Lalo Rivera

La corrupción emparenta a Claudia Rivera con Lalo Rivera Escrito Por :   Arturo Rueda

El contrato con Atria se firmó el 2 de diciembre de 2021 con vigencia al 31 de diciembre de ese mismo año. Pero 74 días después las cámaras de videovigilancia no han regresado a sus puntos, no han sido recolocadas y no se sabe dónde están. Atria Solutions incumplió el contrato que se le entregó, insisto, por adjudicación directa, pese a que hay muchas empresas en el mercado con capacidad para dar ese mantenimiento.


 

Les pasa como a los nuevos ricos: los funcionarios que estrenan cargo y ejercicio del presupuesto se comportan como novatos dominados por la voracidad. Le dan rienda suelta a su instinto de enriquecerse rápidamente y, claro, eso les hace cometer errores graves. Quieren dinero rápido y fácil.

 

Lo hizo Claudia Rivera a principios de 2019. El Ayuntamiento le entregó a Atelier Geometrique un contrato por licitación para el barrido mecánico de la ciudad y otros servicios por casi 65 millones de pesos en una modalidad multianual.

 

Era un contrato sin importancia, pensó. Como era una cantidad poco llamativa, imaginó que pasaría desapercibido. Sin embargo, tres años después continúa siendo un dolor de cabeza y ejemplo reiterado de su corrupción, pues al día de hoy no logra solventar ante la Auditoría Superior del Estado (ASE) ni la idoneidad de la empresa ni la justificación técnica ni siquiera su domicilio fiscal.

 

En resumen: Atelier Geometrique no tenía ninguna especialidad ni experiencia en el barrido mecánico. En su domicilio fiscal había una pollería. Carecía de maquinaria propia, no contaba con la experiencia ni la capacidad técnica al momento de ser contratada mediante la licitación pública nacional CMA-OOSLMP-LP-111/2019, el 28 de febrero de 2019, a través del Organismo Operador del Servicio de Limpia del Municipio de Puebla (Ooslmp).

 

Atelier, además, era una empresa dedicada al servicio de banquetes y alimentos que modificó su objeto social unas semanas antes de “ganar” la licitación convocada por el Organismo de Limpia, como si ya supiera que se avecinaba ese concurso y de la noche a la mañana se hubiera preparado jurídicamente.

 

Todo ello viene a colación porque a Eduardo Rivera, casi en los mismos tiempos que su antecesora en el cargo, le ganó la voracidad de hacer un negocio rápido con las cámaras de videovigilancia al entregar un contrato por 22 millones de pesos por retirarlas para darles “mantenimiento” a una empresa con sede en Xalapa, Veracruz, en un localito de 3x3 metros.

 

Sin embargo, ‘Lalo’ Rivera fue descubierto al instante de los hechos, pues reiteradamente negó que se entregara un contrato a Atria Solutions, una empresa comercializadora que lo mismo da servicio de banquetes y alimentos, que softwares.

 

¡Sí! Igualito que Atelier Geometrique. Una similitud brutal en la corrupción. ¿Coincidencia? Claro que no, es el mismo esquema de simulación.

 

Cuestionado al respecto el 24 de febrero de este año, Eduardo Rivera Pérez negó que existiera tal contrato. Hizo su manita con el gesto de sentido negativo. “Todavía no hay un contrato, seguramente se emitirá una licitación”.

 

La titular de Seguridad Ciudadana (SSC), Consuelo Cruz Galindo, vinculada directamente por que las cámaras tienen una función en el tema de seguridad pública, dijo que “ella no había firmado” el contrato.

 

Pero el contrato existe, se firmó el 3 de diciembre de 2021 y se entregó por adjudicación directa a una empresa que ni siquiera se encuentra inscrita en el Padrón de Proveedores del Ayuntamiento. Eso plantea nuevas interrogantes si no estaba inscrita en el Padrón.

 

¿Cómo la contactaron para darle la adjudicación directa? ¿Por qué no un concurso por invitación a tres o cinco proveedores?

 

¿Cuál es su especialidad para darle mantenimiento a las videocámaras?

 

¿Es la única en el mercado?

 

¿Atria Solutions tiene domicilio en Puebla? ¿En qué instalaciones realiza el mantenimiento?

 

Ya me imagino la excepción a la licitación: se entregó por adjudicación por cuestión de urgencia.

 

Pero no hubo tal: el contrato con Atria se firmó el 2 de diciembre de 2021 con término perentorio al 31 de diciembre de ese mismo año. Pero 74 días después las cámaras de videovigilancia no han regresado a sus puntos, no han sido recolocadas y no se sabe dónde están.

 

Atria Solutions incumplió el contrato que se le entregó, insisto, por adjudicación directa pese a que hay muchas empresas en el mercado con capacidad para dar ese mantenimiento.

 

¿Cuánto tiempo de gracia les dieron?

 

¿Hubo fianza ante el incumplimiento del contrato? ¿Se cobró?

 

¿Por qué la secretaría de Administración es tan laxa en el evidente incumplimiento de los términos del acuerdo?

 

No, no hay manera de que este contrato con Atria Solutions pase el filtro de la ASE o de la Auditoría Superior de la Federación.

 

Se parece mucho a la pillería de Atelier Geometrique. Es casi igualito modus operandi.

 

La corrupción ya emparentó a ‘Lalo’ Rivera con Claudia Rivera.

 

Solamente se tardaron cinco meses.

 

Y lo que viene.

 

‘Lalo’ delegó en Arrubarrena explicar todo este lío, el contrato que no fue firmado pero sí existe, y Consuelo pide “tiempo” para explicar cómo apareció ahí su firma.

 

¿Tiempo para qué?

 

Ya se los iremos contando.

 

Esto apenas comienza.

 

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