El Ayuntamiento de Puebla tolera el funcionamiento clandestino del table dance Ático, lugar que, sin importar que la entidad se encuentra en la segunda oleada de contagios, abre sus puertas los fines de semana y hace sentir a los clientes que son exclusivos y tienen el lugar para ellos.
El burdel encubierto está ubicado en la 31 Poniente casi esquina con 11 Sur, y de acuerdo con una investigación realizada por CAMBIO tras las denuncias hechas en redes sociales, los trabajadores de Ático se van a los tables que han respetado el cierre total para atraer a los clientes y llevárselos al lugar donde reina la impunidad y la ilegalidad.
De hecho, para atraer a los clientes, personeros del Ático se paran afuera del 40 Grados, con luces llaman la atención de los clientes y les dicen que las chicas que están en Ático son las que estaban antes en otros lugares, con el único objetivo de atraer a la clientela con engaños.
Por si fuera poco, el lugar únicamente tiene licencia de botanero, pero aprovechando que el resto de los tables están cerrados, Ático se convierte en un congal clandestino improvisado sin ningún tipo de seguridad, pues además se encuentra en el segundo piso de una plaza comercial.
Fuentes cercanas a CAMBIO informaron que el lugar tiene dos socios responsables: Javier Giménez y Yaikol Domínguez; el segundo fue socio del antiguo bar La Caza, que funcionaba como after y que estaba ubicado en Calzada Zavaleta.
En este bar La Caza, precisamente en febrero de 2020 se suscitó una riña que terminó en balazos a las 6:30 horas de un domingo y que dejó como saldo dos personas muertas. Los hechos también evidenciaron la impunidad con la que operaba el sitio.
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Carlos Rocha
@rochapress