La Arquidiócesis de Puebla informó en un comunicado, que el obispo poblano, Gilberto Valbuena Sánchez, murió este día a los 92 años de edad.
Con profunda pena y esperanza en la vida eterna, comunicamos el sensible fallecimiento de
S. E. Mons. Gilberto Valbuena Sánchez, obispo emérito de Colima.
Fue llamado a la Casa del Padre el 22 de diciembre de 2021, con 92 años de edad, 66 años de sacerdote y 48 años de obispo. pic.twitter.com/cwFMrtZHyD
— Arquidiócesis Puebla (@Arqui_Puebla) December 22, 2021
De acuerdo con el portal de noticias ‘Oro Noticias’, Gilberto nació en Chietla, Puebla, el 4 de febrero de 1929, estudió en el Seminario Palafoxiano y fue ordenado sacerdote el 21 de mayo de 1955.
El 9 de diciembre de 1972 fue nombrado Obispo Titular de Vazari Didda y Auxiliar de la Diócesis de Tacámbaro, Mich., y el 8 de febrero de 1973 recibió la consagración episcopal.
El 1 de marzo de 1976 fue designado Vicario Apostólico de La Paz, para posteriormente, el 29 de marzo de 1988, ser nombrado el primer Obispo de la Diócesis de La Paz, Baja California.
Llega a la Diócesis de Colima
Posteriormente, fue nombrado para la Diócesis de Colima como su noveno obispo, el 8 de julio de 1989, tomando posesión de la misma el 31 de agosto de 1989.
Al cumplir los 75 años de edad, el Papa Benedicto XVI le aceptó la renuncia por edad canónica, el 9 de junio de 2005.
Trabajó como confesor en Puebla
Como obispo emérito, Mons. Gilberto vivió en la Ciudad de Puebla, apoyando en la Catedral como confesor y celebrando la santa Eucaristía.
Víctor Sánchez Espinosa le pidió que apoyara en el Consejo de Asuntos Económicos. Recientemente, convivió unos meses con los presbíteros de la Casa del Sacerdote y posteriormente se trasladó a la Casa de espiritualidad de El Cerrito, en Cholula, Puebla.
Descanse en paz.
“Dios llama a quien quiere, cuando quiere y como quiere, y el recordar el pasado es para decirle al Señor gracias, para vivir el presente y aspirar con esperanza hacia el futuro. Ahora estoy alegre, con gratitud por las cosas buenas que he hecho, con la ayuda de Dios, y siempre pensando qué es lo que no he hecho por falta de generosidad y qué bueno que el Señor me permite todavía reparar. Estoy muy contento con mi sacerdocio, pero hay cosas, que uno por más que le haga no puede estar a la altura de tu vocación, siempre hay cosas que hacer para gloria del Señor”. Mons. Gilberto Valbuena
Con información de: Oro Noticias

Redacción Diario Cambio
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