El semblante de las mujeres refleja enojo, angustia, ninguna sonríe, están sentadas en bancas a la espera del tipo de hospital público, son prostitutas a fuerza, decenas de cámaras de videovigilancia siguen sus movimientos y los de los clientes que entran a ver o a consumir, ofrecen sus servicios en dos domicilios del Centro Histórico, en casas de citas como las que propone el alcalde Eduardo Rivera.
? El alcalde @eduardorivera01 reconoció que en moteles, hoteles y establecimientos del Centro Histórico se ejerce la prostitución que se maneja por la trata de blancas pic.twitter.com/yArgh1AGy8
— Diario Cambio (@Diario_Cambio) February 9, 2022
Son casonas remodeladas que sirven de hoteles, están adaptadas para que entren hombres vean a las mujeres, revisen los precios y decidan: por ver no se cobra. Operan en total impunidad, se ubican en la 6 Poniente y en la 10 Oriente.
Quizá los inmuebles pertenecen a la misma mafia, operan igual y con total impunidad, nadie los molesta.
Puebla cerró el 2021 en el quinto lugar a nivel nacional por el mayor número de víctimas de trata, registró un total de 38 mujeres que fueron privadas de su libertad para ser obligadas a trabajos sexuales, de las cuales 22 eran mayores de edad y el resto menores.
Inmueble de la 6 Poniente
Desde afuera el domicilio se confunde con cualquier establecimiento, es un zaguán blanco con un muro que no permite ver para dentro, pero una vez que se rodea la pared están las chicas.
Son ocho, unas sentadas, otras paradas, expuestas todas como mercancía para ver quién será la elegida por algún sujeto que quiera sexo sin importar si es de mañana, tarde o noche. Caminan, se paran, como si modelaran.
A sólo tres metros están los clientes, o mirones, al fondo de lado izquierdo está la caja con los precios: 150 y 200 pesos por 15 minutos, están anotados en una cartulina verde fosforescente que está pegada en una caseta que funge como caja.
En la parte más alta del establecimiento hay dos cámaras de video vigilancia que sirven para monitorear a quienes entran y salen, además para alertar de algún tipo de operativo.
Seis puertas están abiertas, son los cuartos que en su interior resguardan dos bases de cama de madera que soportan un colchón sencillo, el cual es utilizado para el acto sexual.
Para poder ingresar al cuarto el cliente selecciona a la mujer que les parece atractiva o ‘la más buena’ como se escucha entre los susurros de los espectadores.
El servicio sexual es de 15 minutos por persona, al finalizar los usuarios abandonan el lugar de inmediato y buscan perderse entre los ciudadanos que circulan por el lugar para tomar el transporte público ya sea en la 6 Poniente en la 11 Sur o en la calle 9 Sur.
Casa de la 10 Poniente
La casa de la 10 Poniente se identifica porque está pintada de color rosa, se ubica justo a un costado de la Fiscalía General del Estado especializada en Delitos Sexuales.
Opera de manera similar al primer establecimiento, sólo que aquí los hombres van a observar y son pocos los que piden una ficha en una caseta que funge como recepción, aquí hay entre cinco y seis mujeres que desde el primer momento ya te ofrecen sus servicios.
Eduardo Rivera tolera casas de citas
Según el alcalde, Eduardo Rivera, estos lugares ya fueron ubicados, sin embargo, gozan de privilegios para laborar ya que supuestamente mantienen limpias las calles del Centro Histórico de sexoservidoras.
“Estamos tratando de persuadir que ingresen a los espacios públicos donde trabajan, tenemos perfectamente ubicados los domicilios en donde las personas que les cobran a las trabajadoras para realizar su actividad”, dijo en entrevista.
Te recomendamos:
Ricardo Juárez
@RicardoJuaAlma