Joaquín “El Chapo” Guzmán ya había sido aprehendido en la década de los 1990 al ser señalado como el narcotraficante más buscado en México, esos años también vieron crecer al Cártel de Sinaloa en la expansión territorial y monetaria lo que hizo que ofreciera a su segunda esposa Griselda López y a su hijo Ovidio Guzmán vivir en la capital del país.
Por lo que la familia del “Chapo” dejó Sinaloa para mudarse al Distrito Federal con las aportaciones que Guzmán Loera les hacía ante los activos generados por el narco, Ovidio y su mamá se instalaron en una de las colonias más exclusivas del centro de país, donde habitan las personas con grandes ingresos económicos.
Ovidio ahora también conocido como El Ratón, nació en 1990, y durante sus primeros años de vida vivió en el entonces Distrito Federal en uno de los puntos más exclusivos de la capital. Ovidio y su familia se instalaron en la colonia Jardines del Pedregal, una zona residencial de 5.1 kilómetros cuadrados de extensión que está ubicada en la alcaldía Álvaro Obregón.
La colonia es conocida por su arquitectura, en donde podemos encontrar edificaciones de roca formada por la erupción del volcán Xitle. En la década de 1940, el arquitecto Luis Barragán compró terrenos cercanos a la zona para edificar el proyecto residencial “Fraccionamiento Los Jardines del Pedregal de San Ángel”.
Además de los hogares con una gran extensión de metros cuadrados, la zona de Jardines del Pedregal ha incrementado sus comercios, opciones educativas y negocios orientados para las personas con alto poder adquisitivo. En ese lugar creció Ovidio Guzmán quien además cursó parte de su formación académica básica en un colegio religioso de los Legionarios de Cristo.
Pero cuando Ovidio estaba más cerca de la adolescencia, sus padres decidieron que era el momento de regresar a Culiacán, en donde Ovidio conoció a detalle la forma en la que se desarrollaba la actividad del crimen organizado que, lejos de alejarlo del mundo de la delincuencia organizada, lo sedujo aún más para finalmente seguir el mismo camino de sus padres.
Ovidio formó parte de la primera generación de los traficantes de drogas que ya no nacieron en un seno con escasez, su decisión por entrar al narco fue por voluntad propia, profundizó el analista en temas de seguridad Alejandro Hope para El País: “Esta es la primera generación de traficantes sinaloenses que nace en la opulencia”.

Redacción Diario CAMBIO
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