Corrían los primeros meses de 2021; un poderoso empresario poblano presentaba a su amigo Pedro Tepole Hernández y decía: “es un hombre muy honesto… cuando jugamos póker nunca se roba una ficha…”.
Ese era su gran mérito, su enorme cualidad; no robar a los amigos con quienes comparte su gran pasión que son los juegos de cartas. Su otra devoción son las apuestas millonarias en las peleas de gallos.
Y así con esas referencias Tepole fue impulsado hasta llegar a la presidencia municipal de Tehuacán.
Lo que ahora está sucediendo no tiene precedente.
En el caso específico de Tehuacán un empresario poblano es quien ordena cuándo y dónde se debe ejecutar la obra pública; dicta cuáles compañías constructoras y proveedoras deben recibir contratos; incluso a quienes se debe contratar para pertenecer a la plantilla del Ayuntamiento.
Tepole no mueve un dedo sin la autorización de sus protectores.
A sus amigos no les roba una ficha de póker, pero a la ciudad la está saqueando de manera bestial.
El latrocinio no tiene antecedente. Las andanzas de Felipe Patjane quedan como travesuras de niño de primaria.
Hoy el saqueo es salvaje; los contratos con empresas fantasma se cuentan por decenas; con recursos públicos se organizan ferias y palenque, pero las ganancias van a bolsillos particulares.
Lo que está sucediendo en Tehuacán simplemente nunca se había visto. Ni siquiera durante el marinismo, cuando Roberto (aquel hermano incómodo) vendía las candidaturas a su libre arbitrio.
En su sexenio Moreno Valle reprendía al panista Eliseo Lezama al grado de bajarlo no solo de la Suburban. En una ocasión cuando el helicóptero estaba a punto de despegar le ordenó al piloto: “¡Cierra la puerta para que no se suba ese pendejo corrupto!”.
Lo más grave es que la tragedia de la ciudad parece no detenerse.
En horas recientes trascendió que Tepole se registró para buscar la reelección. Pese al enorme, al descomunal rechazo social, el edil buscará otros tres años de vacas gordas.
Estamos ante una escena que muestra a la política como trapeador de intereses empresariales. Un presidente municipal que es un encargado de despacho para atender los negocios que le dictan.
El tema no se limita a asuntos de patrimonio y hacienda municipal, lo más grave es que a la par se permitió la entrada de un grupo criminal dominante.
Este es un hecho indiscutible, inapelable. Los homicidios, las ejecuciones disminuyeron porque la plaza ya tiene dueño.
Hoy un solo grupo tiene el control de la venta de enervantes en la ciudad y toda la región. Esto no hubiera sido posible sin la omisión deliberada y la complacencia del propio alcalde.
Aunque los homicidios han disminuido, la delincuencia común continúa al tope en pleno centro de Tehuacán.
En las últimas semanas una mujer fue ejecutada a las 7 de la tarde en los portales y hace unos días asaltaron una joyería que está a solo dos cuadras del palacio municipal; el botín fue superior a los dos millones de pesos.
La crisis de la basura simplemente no tiene solución.
Con el aval y el apoyo del Congreso del Estado se autorizó concesionar el relleno sanitario a una empresa pirata denominada “Hova Green”. Luego de dos meses la cuestionable firma declaró que no podía cumplir con la planeación de un nuevo depósito de desechos. Reconoció su incompetencia.
Y así con estas credenciales en unas semanas Tepole anunciará su intención de reelegirse.
Pero Pedro solo es el más visible de todo un grupo de grises suspirantes que quieren llegar a la presidencia de Tehuacán.
Abarroteros que con dificultades tienen el certificado de primaria y a duras penas pueden leer; juniors que en cada proceso electoral brincan de partido en partido y hasta el propietario de una taquería quiere ser alcalde.
En los tiempos más oscuros aparecen los peores perfiles, los más ignorantes e improvisados.
Se debe anotar que todos ellos tienen el respaldo de alguno de los miembros de la cofradía que hoy controla Morena.
Que pena.
Es decir, continuará la tragedia de Tehuacán.
Como siempre quedo a sus órdenes.
X @CupulaPuebla
