En el horizonte político de México, el año 2024 se presenta como un punto de inflexión en el que nueve estados elegirán a sus gobernadores. Sin embargo, lo que hace que este proceso electoral sea particularmente interesante es el compromiso de Morena de postular a cinco mujeres y cuatro hombres como candidatos en estas elecciones, acompañado de la designación de Claudia Sheinbaum quien será la abanderada a la Presidencia de la República.

 

En primer lugar, es innegable que México ha avanzado en términos de equidad de género en la política. La inclusión de mujeres en roles de liderazgo es un paso importante hacia una sociedad más justa y representativa. La lucha hacia la presidencia de nuestro país pareciera estar cerrada a dos candidatas, prácticamente asegurando que el próximo año tendremos a la primera mujer Presidenta en la historia de México.

 

En este contexto, es imperativo reconocer que Veracruz, con Rocío Nahle a la cabeza, parece ser el estado donde el género femenino será el candidato por excelencia. La cercanía de Nahle al Presidente Andrés Manuel López Obrador la coloca como una figura destacada y con la experiencia necesaria para liderar en esta entidad.

 

Sin embargo, en otras tres entidades, la situación se inclina hacia un candidato masculino por razones de peso político y cercanía con el presidente o la próxima candidata.

 

En la Ciudad de México, donde figuras como Harfush, Ricardo Monreal, Mario Delgado y hasta el gobernador de Morelos Cuauhtémoc Blanco se perfilan, la balanza se inclina hacia el género masculino, difícilmente se podrán descartar a estos perfiles si se quiere mantener a Morena en la capital del país.

 

Asimismo, en Guanajuato, donde Ricardo Sheffield el titular de la PROFECO y Ernesto Prieto Ortega, titular del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado ocupan cargos importantes y mantienen una estrecha relación con el presidente, la lógica política indica que un hombre liderará el proceso electoral.

 

Tabasco, el estado natal del presidente, también parece tener un destino claro en la candidatura de Javier May, un amigo cercano y colaborador del líder de Morena. Esto sitúa a la entidad en la posible categoría de candidatura masculina, según la dinámica política de la región.

 

Esto nos lleva a un escenario en el que solo un estado de los cinco restantes (Puebla, Yucatán, Morelos, Jalisco y Chiapas) puede abrir la posibilidad de una candidatura masculina.

 

Es aquí donde la verdadera discusión sobre la representación de género toma protagonismo.

 

La ley establece que en cuatro de estos cinco estados, la candidata debe ser una mujer.

 

En Yucatan, Puebla, Morelos, Jalisco y Chiapas, se avecinan oportunidades para grandes liderazgos femeninos.

 

La diversidad de perfiles, experiencias y visiones que estas candidatas pueden aportar a la política local y nacional es incalculable. La elección de una gobernadora en cualquiera de estos estados podría dar lugar a un cambio significativo en la dirección y las prioridades de la gestión gubernamental.

 

Habría que analizar también las oportunidades reales que tiene Morena para ganar estos estados.

 

Yucatán parece difícil, el Frente presenta buenos aspirantes y un Gobierno actual panista que ha sido calificado como uno de los mejores del país.

 

Jalisco presenta la hegemonía de Movimiento Ciudadano, con pocos perfiles trascendentes de Morena, lo que abre la posibilidad de que la lucha por el estado no sea prioritaria para dicho partido.

 

Chiapas seguramente será abanderado por un personaje cercano al ex gobernador Manuel Velasco, sobre todo después del apoyo total dado a Claudia Sheinbaum. Lo que podría cerrar la decisión de la última candidatura masculina para este estado, sonando un amigo de toda la vida del “Güero” y ex Secretario de Gobierno del mismo, el Senador Eduardo Ramirez, actual Presidente de la Jucopo y coordinador del Grupo Parlamentario de Morena.

 

Morelos y Puebla presentan una gran oportunidad de que Morena ratifique su poder y presencia en dichos espacios, perfiles consolidados y buena aceptación los ponen con gran oportunidad de seguir gobernando.

 

Siguiendo la lógica del presente análisis: Yucatan, Morelos, Puebla y Jalisco podrían ser abanderados por una mujer en la elección a la gubernatura de dichas Entidades.

 

Pero en política: “todo puede pasar”

 

Y lo que es seguro un día, es importante al otro.

 

Habrá que seguir atentos a la cercanía de la nueva Coordinadora Nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación con perfiles políticos de dichos Estados lo que le cerraría la posibilidad a muchos perfiles masculinos y les abriría las puertas a grandes mujeres aspirantes.