Para todos los que creen que con la concesión de los dos estadios, el Cuauhtémoc y Hermanos Serdán la mafia en los estacionamientos de ambos inmuebles terminó, lamento decirles que no va a ser así.

El estacionamiento de estos inmuebles no se encuentra en el paquete de licitaciones que emitió el Gobierno del estado y que dio a conocer mi compañero ‘el Mercenario’ Ricardo Juárez; esa será una aparte, pues es ahí donde se va a gestar el verdadero negocio tanto particular, como la informalidad que actualmente tiene la 28 de Octubre.

Y es que a todos los empresarios que buscan hacerse con la concesión se les pedirá un proyecto moderno, algo así como un estacionamiento de plaza, de esos que tomas tu boleto y lo pagas en una maquina o aplicación; esto requerirá una inversión multimillonaria pero claro que es redituable, dijo uno de los interesados.

La idea de privatizar ese espacio es buena, pero hace falta ver la ejecución y garantías que se brinden a los que constantemente vamos a los dos estadios.

El Gobierno del Estado, mediante el nuevo secretario de Gobernación también abrió la posibilidad de que sea la administración quien lo gestione, mediante la Secretaría de Administración.

Pero ¿Por qué seguiría la mafia de los estacionamientos? La respuesta es la capacidad de los estacionamientos en la zona destinada para los dos estadios: hay mil 976 cajones para aparcarse, y aunque el Puebla no lo llena no hay capacidad suficiente para los asistentes a los partidos en el caso de Pericos, con mejores entradas; el espacio es insuficiente.

Es por esta razón que la 28 de Octubre o cualquier grupo de ambulantes seguirá adueñándose de los camellones y calles aledañas para poder hacer su negocio, pues ya lo hemos documentado que cobran dependiendo del tipo de partido u horario desde los 50 y en algunos casos 200 pesos.

Ese monto que es una obligación y sin garantías de nada, pues se ha dado a conocer que se desquitan con los autos, hay robos desde autopartes, hasta vehículos completos  desaparecen tras el espectáculo de los recintos de la zona y evidentemente nadie se hace responsable de los mismos.