El calendario político lo obliga: un reacomodo de la administración pública de personajes, no obligadamente de proyectos.

 

La pregunta es obligada ¿así se puede trabajar?

 

La respuesta la dará el tiempo.

 

Las cosas así han transcurrido este sexenio: llega la gobernadora Martha Erika Alonso, nombra a su equipo de trabajo.

 

Apenas se sentó y muera la gobernadora.

 

Por su trayectoria llega a la deseada silla el carismático político, maestro de generaciones Guillermo Pacheco Pulido, obviamente nombra a su equipo para un periodo de seis meses.

 

Concluye el gobierno de Pacheco Pulido y por la vía democrática llega Luis Miuguel Barbosa. Se sienta en la silla el 2019, conforma su equipo de trabajo y muere igual que su antecesora, a bordo de un helicóptero en el 2022.

 

Mientras  los poblanos velan a Barbosa, amanecemos con nuevo gobernador, con Sergio Salomón Céspedes Peregrina en diciembre del 2022 y paulatinamente va reforzando su equipo de trabajo.

 

Y como no hay plazo que no se cumpla, antes de un año el calendario marca el arranque de la carrera por la sucesión y vuelve a desajustarse el equipo de trabajo porque muchos de sus colaboradores van tras su sueño político: la gubernatura, las senadurías, las diputaciones federales, las diputaciones locales y las alcaldías, lejos de su declaración política de “darlo todo a Puebla y a los poblanos”.

 

Hay que entender que primero va la aspiración, y luego la vocación de servicio.

 

El fenómeno obliga a rehacer el equipo de trabajo.

 

En total, cuatro gobernadores para un sexenio y entre cuatro y seis equipos de trabajo.

 

¿Así se pueden concretar grandes planes y obras?

 

Pobre estado de Puebla, pese a gozar de una ubicación geográfica envidiable, con el patrimonio histórico y cultural más rico y variado, pésele a quien le pese.

 

El tiempo está encima.

 

Para la próxima semana –según el calendario de Morena- se irá perfilando el futuro de Puebla.

 

¿Qué futuro tendremos?

 

Hay que recordarle a todos los suspirantes: somos una sociedad, no un botín.

 

Somos personas, no números para ganar una elección.

 

¿O key?