Sábado, 27 de Julio del 2024
Jueves, 09 Marzo 2023 00:32

Qué fue lo que salió mal

Qué fue lo que salió mal Escrito Por :   Irma Sánchez

María Rita de 19 años tenía una década disfrutando la sensación de retar desde las alturas el peligro del vacío, ese que a cualquier mortal nos encoge el estómago y a algunos produce pánico.


 

La insistente pregunta no se ha dejado de repetir entre habitantes de Huauchinango, corporaciones de seguridad y voladores, tras presenciar la caída y muerte de María Rita Torres Mérida, quien siguió paso a paso los preparativos para volar desde una altura de 15 metros y finalmente cayó ante los ojos de cientos de espectadores que impotentes sólo sollozaron y rodaron lagrimas ante la escena que les tocó presenciar y que todo lo cambió en la Feria de la Flores de Huauchinango.

 

¿Qué pasó?

 

María Rita de 19 años tenía una década disfrutando la sensación de retar desde las alturas el peligro del vacío, ese que a cualquier mortal nos encoge el estómago y a algunos produce pánico.

 

Rita desde que fue madre hace 3 años, cada vez que volaba antes de todos los ritos le daba la bendición a su hijo al tiempo que este también se la impartía.

 

Los voladores y los estudiosos del ritual no asimilan el accidente mortal y sólo dejan la posibilidad del riesgo en el cordón de seguridad de mano.

 

El secreto de la falla tal vez María Rita se lo llevó a la tumba con todos sus sueños e ilusiones.

 

Hay que destacar que el accidente se produce en un palo de 15 metros de altura, bien cimentado, bien ajustado, diseñado para mujeres que suben, danzan y vuelan en grupos de cinco saludando a los cuatro puntos cardinales mientras la quinta o el quinto danza en la cima de un diámetro no mayor de 50 centímetros, sujetado al palo integrado de varios árboles en este caso para dar la altura de 15 metros.

 

Los voladores, se podría definir que nacen con la herencia de esta expresión mística y artística, para la que su misma familia los prepara desde pequeños.

 

Estas familias, parte del patrimonio cultural  de México están en comunidades muy apartadas de Puebla, en Huauchinango, Tetela de Ocampo, Pahuatlán, Cuetzalan; en el vecino estado de Veracruz en Papantla, y en San Luis Potosí, en donde trabajan la tierra y comparten su tiempo con el gusto de convertirse en pájaros voladores.

 

Todo es ritual

 

La vida de las y los voladores es ordenada, disciplinada.

 

Para contar con su palo, los más grandes se dan a la tarea de acudir a los bosques para localizar los mejores árboles para conformarlo.

 

Una vez elegido, cumplen con un ritual en el que le piden permiso a la tierra para extraerlo para el cometido.

 

Un vez preparado y listo, celebran otro ritual para pedirle permiso a la tierra para sujetarlo en sus entrañas.

 

Para volar, la noche anterior acuden al templo al caer el sol y danzan ante el patrono de la comunidad.

 

 En este caso fue ante el Señor del Santo Entierro que se venera en su urna en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción.

 

Ya para volar antes de comenzar a atarse a las cuerdas de seguridad, bailan haciendo sonar los cascabeles que llevan atados a los pies, para alejar a los malos espíritus y pedir permiso a la tierra, a los vientos.

 

Ya en la cima cuando emprenden el vuelo, saludan, cantan y agradecen al aire, al agua, al viento a la luz.

 

Bulmaro, hombre de 80 años, con 65  de vuelos, patriarca de la Cofradía del Caballero Águila a la que pertenecía María Rita, no logra entender lo que pasó. Sólo pide orar por su eterno descanso.

 

El Secretario de Cultura Sergio Bergara Verdejo tras lamentar lo ocurrido, anuncia una reunión de voladores que habrá de tener lugar en Puebla, en Cuetzalan el próximo mes de octubre, a la que concurrirán los 200 voladores que se mantienen en activo, en la que dicho sea de paso se rendirá un homenaje a María Rita y a todos los voladores que de vuelo en vuelo ponen en riesgo su vida.

 

Hoy solo deseamos eterno descanso a María Rita, la mujer que un día disfrutando la libertad de los cuatro vientos trató de emprender el vuelo y cruzó los umbrales de la tierra.

 

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