Martes, 14 de Mayo del 2024
Martes, 31 Enero 2023 00:09

La cuarta transformación que no es la cuarta transformación

La cuarta transformación que no es la cuarta transformación Escrito Por :   Héctor Hernández Álvarez

Derivado de este fenómeno, hay quienes opinan que Morena es el nuevo PRI o simplemente, opinan que “son más de los mismo”.


 

Desde el comienzo del fenómeno del partido Morena en el escenario nacional, se hablaba de una “cuarta transformación”. Es decir, el anunciamiento de un cambio político-social de la magnitud de la Independencia, la Revolución o la Reforma. Esto, por su propio significado, constituye un error. Ya que la historia es la que señala si un cambio así; es en efecto, de tal proporción.

 

No obstante, se entiende que se autodenominaron de esa manera para satisfacer un propósito de estrategia política y para facilitar su movimiento. Quizá, este hecho no sea tan negativo o nocivo como lo es el factor de:  la cuarta transformación que no es la cuarta transformación.

 

Para ser claros en dicho punto, el efecto paraguas de Morena de alinear objetivos en origen diferentes a una causa en común, provocó que perfiles individuales y colectivos de personas, se unieran a su movimiento. Incluyendo, por supuesto, a miembros de otros partidos políticos como el PAN o el PRI. Permitiendo, de esta manera que el proyecto inicial (al menos en teoría) que tenía el movimiento partidista de Morena, se fuese difuminando y si acaso, mezclando con otros ideales y visiones diametralmente opuestas.

 

Derivado de este fenómeno, hay quienes opinan que Morena es el nuevo PRI o simplemente, opinan que “son más de los mismo”. En efecto, la clase política en México, por tradición, ha compartido ciertas características negativas en común, tales como elementos corruptos, impunes, mentirosos, fraudulentos y demagogos.

 

En Puebla, esto también ocurre. Múltiples personajes que habían participado bajo el cobijo de otros ideales y otros intereses partidistas se olvidaron de su origen para sumarse a la ola morenista. Por otra parte, también existen los que nunca se cambian de partido. En este punto, podría generalizarse que hay quienes se “mueren con la camiseta puesta” y quienes son políticos de una u otra organización según convenga.

 

Por supuesto, más allá de los motivos personales por los cuales un individuo, cualquiera que este sea, pueda cambiar sus idearios políticos (escribo de manera general para no darle importancia a ningún actor en particular) lo importante es analizar los efectos que esto conlleva en la autoproclamada “cuarta transformación” y lo que pasará con el relevo generacional que ya se avecina en próximos comicios.

 

 El Realismo en el análisis. HHA.

 

Comentarios - Facebook page: @hectorhernandezalv

Google News - Diario Cambio