El emblemático Mercado Ayocuan enfrenta una situación sin precedentes. Tras su clausura temporal y la incertidumbre creciente respecto a la acreditación de propiedad, uso de suelo y licencias de funcionamiento, numerosos locatarios han comenzado el desalojo de sus espacios, marcando un episodio de incertidumbre y descontento en la comunidad comercial.
Este acontecimiento ocurre en un contexto ya tenso. La construcción del mercado, que comenzó con la demolición de una escuela, ha sido un tema de discordia constante entre los ciudadanos. La situación se agravó con acusaciones de que los espacios comerciales fueron asignados de manera arbitraria por la ex edil Marisol Cruz a individuos de su círculo cercano, desatando críticas y cuestionamientos sobre la transparencia en la administración pública.
Los locatarios, enfrentando la falta de claridad sobre el futuro del mercado y sus propios negocios, han optado por buscar alternativas, dejando atrás los puestos que una vez funcionaron de manera más o menos regular. "Es una situación insostenible", comenta uno de los comerciantes afectados, quien prefirió mantenerse en el anonimato. "Nos sentimos abandonados por las autoridades que nos ofrecieron originalmente estos espacios y forzados a tomar decisiones drásticas para salvaguardar nuestro sustento".
La comunidad local ha expresado su preocupación no solo por la pérdida económica, sino también por el impacto social de la situación. El Mercado Ayocuan ha sido durante mucho tiempo un centro vital para el abasto y la cultura de la zona, y su inestabilidad actual amenaza con dejar un vacío difícil de llenar.
Hasta el momento, no ha habido una respuesta oficial de las autoridades municipales sobre los pasos a seguir para resolver esta crisis. Mientras tanto, los ciudadanos y comerciantes afectados continúan exigiendo claridad, justicia y una solución que beneficie al bienestar colectivo de la comunidad.
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Carlos Alonso
@Diario_Cambio