Monday, 06 de May de 2024


Maldito invento




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Los medios electrónicos han abierto la posibilidad de comunicarnos, en tiempo real, de continente a continente, pero incomunicarnos con quienes nos rodean.

En el absurdo, raya la historia de que por momentos es más fácil comunicarse por las redes sociales que físicamente, aún estando bajo el mismo techo.

 

 

La aparición de este medio en nuestras vidas es una gran oportunidad que el hombre ha aprovechado, pero también lo ha programado y utilizado para convertirlo en su depredador mortal.

 

 

Las redes sociales han empujado a la apertura de los medios por los que tradicionalmente el hombre se comunicaba, incluso los ha rebasado hasta exhibir su pobreza y limitaciones.

 

 

Pero el invento si bien ha servido para auxiliar y llevar ayuda en momentos críticos a millones de seres humanos, también hay que destacar que han truncado las vidas de millones de personas y millones de familias que al “clic” lo han perdido todo, incluso lo más valioso, la vida.

 

 

Es el caso de mi amigo Héctor Ortiz Rivera, que hoy deja en la desolación a Angelines Sánchez de Cima después de 33 años de compartirlo todo, y a sus cuatro hijos Héctor, Daniel, Marian y Victoria.

 

 

Muchos allegados me han compartido la excelente oportunidad de vender y comprar por medio del Internet, pero como agente de otra generación, las operaciones las prefiero viendo a los ojos.

 

 

Muchos han encontrado pareja por este medio, a unos les ha ido muy bien y tengo ejemplos de sobra, pero a otros les ha ido fatal y también conozco muchos casos de cerca para platicar.

 

 

Estoy convencida de que el hombre por necesidad tiene que comunicarse, y las redes sociales pueden cumplir con una misión muy importante en esa comunicación, pero hay que saber sacarles provecho, sin necesidad de llevar nuestras vidas a la pantalla en donde ponemos en juego todo, hasta lo más sagrado, la vida y el patrimonio de nuestros seres queridos.

 

 

Sobre el aprovechamiento de este instrumento de comunicación hay mucho que hablar, yo no soy experta, sólo aficionada, pero desde mi palco confirmo que las circunstancias son altamente riesgosas, de tal forma que hay que replantearse el uso de éstas, pero sobre todo la puerta falsa a la que nos puede conducir su abuso.

 

 

Un abrazo a Angelines y sus cuatro hijos, a los que vi crecer siempre bajo la mirada formadora y educadora de Héctor y Gelines, en forma especial a Marian —mi pequeña madrina—.

 

 

 

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