Saturday, 04 de May de 2024


La Puebla farsante que nos tocó vivir




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Sólo en Puebla ocurren sucesos tan descabellados como increíbles en temas de política y gobierno.

Un día de tormentas y truenos saltan de sus curules la mitad de los diputados poblanos queriendo trepar a las presidencias municipales contra todos los designios de la naturaleza ética por ambición más que por vocación de servicio; otro día, renuncia un rector a lo más preciado de la vida que sería la formación universitaria para irse a la aventura edilicia envuelto en la bandera de un partido del que hasta ahora se sabe públicamente que siempre y de toda su vida fue románticamente suyo.

 

 

Una mañana se fragmenta el fino mecanismo de relojería del gabinete estatal que con tanta delicadeza e inteligencia fue construido para (presuntamente) transformar Puebla con argumentos injustificables de conquistar espacios en el Congreso Local y de retener el poder; mientras que por la tarde, a aquel que iba por la curul de un distrito tremendamente tradicionalista le meten miedo, se arrepiente y termina de coordinador de campaña de lo que inicialmente ambicionó ser, presidente municipal de Puebla.

 

 

A medio día por el rumbo de la Diagonal Defensores de la República se escucha de viva voz de sus dirigentes que el proceso interno del PRI para la elección de candidatos a alcaldes avanza de manera maravillosa, sin inconformidades, con civilidad, altura de miras, ejemplar, todos, presumen con sonrisas de actores de telenovela, están felices y satisfechos, conformes; pero por la noche, se oyen ruidos raros, escandaleras de borrachos, como si la fiesta se hubiera salido de control y la golpiza fuera un esquema colectivo de todos contra todos. Una cena de negros. Un rosario de Amozoc.

 

 

Por ahí de las 10 de la mañana, hora de la concurrida misa dominical, el PAN de sotana saca del confesionario como lo hacen los magos de sus chisteras a Franco Rodríguez y Pablo Rodríguez, El Yunque toma una decisión, se ve dispuesto a lo que venga, cojonudo incluso; sin embargo, antes de la misa de las 7 de la tarde se arrepiente como lo hizo Judas de sus pecados y le levanta la mano a Antonio Gali Fayad conformándose apenas con algunas migajas de candidaturas a diputados.

 

 

Antes de que el gallo cante se afinan los preparativos para dar a conocer al mundo la fabulosa noria poblana, no escasean los sarcásticos que la tildan de ruedota de la fortuna, sólo comparable a la London Eye de Inglaterra; aquella al lado del Támesis; la nuestra juntito al río subterráneo de San Francisco; costará varias carretadas de millones de pesos; todos se enteran dentro y fuera de Puebla, trasciende fronteras; los neoyorquinos enfurecen por sentirse copiados; ya entrada la noche, casi de madrugada, alumnos, profesores y padres de familia del Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec se enteran, como sucede con los maridos cornudos siendo los últimos, que la construirán en su terreno. Enfurecen. Es normal.

 

 

En plena merienda el bloque menos razonable, algunos dirán el más rabioso de los partidos de izquierda, se declara contra la alianza PAN-PRD, vomitan y se arquean, lanzan fuego por los ojos, la niegan y rechazan, su postura parece ser seria, de caballeros mancillados en su honor; a la hora de la comida, después de pasar al cajero por su quincena, panistas y perredistas comparten el pan y la sal; aquí no ha pasado nada; se ven enamorados; comen del mismo plato; cupido les lanzó un flechazo desde el rumbo de Los Fuentes y el amor repentino y fugaz surgió de sus corazones. La cuenta de banco del perredismo volvió a robustecerse.

 

 

Esta es Puebla, la Puebla de los Ángeles y de Zaragoza, de los hermanos Serdán y de la China Poblana, del mole y del camote, del insensible morenovallismo y de la prensa indómita, de los legisladores chapulines y de la desvergüenza, de los que por fuera se odian y por dentro se aman, del lenguaje falso y los incrédulos, del chisme y el rumor, de los proféticos y facinerosos, del persignado y pecador, del que viola las leyes obligando a los demás a que la cumplan. Esta es la Puebla en la que bien pudieron inspirarse Los maestros de la sospecha, Marx, Nietzsche y Freud para recomendarnos a través de sus letras el no fiarse de todo lo que se ve y se escucha. Esta es la Puebla descabellada, increíble y farsante de los políticos y gobernantes locales.

 

 

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