Antorcha Campesina ha sido un movimiento aguerrido desde sus inicios. Fue creado por el ingeniero Aquiles Córdova Morán, originario de Tecomatlán, población enclavada en plena zona mixteca, que ha logrado, impulsada por Antorcha, un desarrollo importante sobre todo en el campo educativo y desde luego económico.

“Los antorchos”, como se les conoce, no han sido precisamente amigos del actual gobierno estatal. Las constantes manifestaciones en esta capital, de campesinos antorchistas venidos de diferentes partes de la entidad y de quienes viven aquí, en colonias que se ubican en el sur, son una muestra de que las relaciones entre dicha organización y el gobierno estatal, no han sido del todo buenas.

Antorcha Campesina, es de filiación priista y sin embargo a los gobiernos priistas también los acosan con movilizaciones y plantones, cuando lo consideran necesario, para que cumplan sus promesas y por eso mucha gente de pueblos y colonias urbanas, creen en ellos, porque encuentran apoyo para resolver sus problemas y los hacen tomar conciencia de que para lograrlo, tienen que movilizarse, exigir y protestar cuando sea necesario.

La plana mayor de Antorcha estuvo ahí

Lo importante del acto de ayer en Tecomatlán es que demostró que puede haber buenas relaciones entre adversarios políticos, si todos trabajan para beneficio de la comunidad.

Antorcha Campesina planteó ante el gobierno del estado, la necesidad de construir un nuevo hospital, porque el existente, construido en el gobierno de Melquiades Morales Flores, era ya insuficiente para las necesidades de la región.

El gobierno estatal entregó ayer esa obra y en el acto inaugural, al lado del gobernador, estuvieron el dirigente nacional (porque Antorcha es una organización política nacional) Aquiles Córdova Morán, el dirigente estatal Juan Celis, la diputada federal Soraya Córdova y el diputado local por Acatlán y coordinador de la bancada del PRI en el Congreso, Ernesto Leyva. También estuvo el diputado federal Filiberto Guevara y otros personajes de la región sur.

El nuevo hospital lleva el nombre de la señora madre del fundador de Antorcha, como un reconocimiento a lo que la organización fundada por su hijo, ha logrado para beneficio de una importante parte de la región sur del estado.

Ojalá y sirva de ejemplo

En los días que corren, de enfrentamientos políticos sin sentido, de insultos que llegan incluso hasta a los familiares de los contendientes por las presidencias municipales y diputaciones locales, lo de ayer en Tecomatlán es un ejemplo a seguir.

La política no tiene que ser enfrentamiento, pleito, agresión. Es simple y llanamente un duelo de propuestas para resolver los graves problemas que agobian a la población mayoritaria de nuestro país.

Una nación como la nuestra, con más del 50 por ciento de su población en la pobreza, merece políticos civilizados, que pueden y deben dirimir sus diferencias mediante el diálogo, la negociación y el trabajo conjunto.

Eso fue lo que prevaleció en este caso. Antorcha planteó el problema y lo expuso ante quien debía exponerlo, el gobierno estatal, proveniente de un partido al que los antorchistas combaten.

El gobierno estudió la propuesta, vio la necesidad de realizar la obra y la hizo y al final, todos concurrieron a celebrar su terminación y su puesta en marcha al servicio de los habitantes de una amplia zona, lo que no quiere decir, que en esta época electoral, en la que los partidos de diversas tendencias luchan para ganar las elecciones municipales y distritales, haya habido una traición o una entrega. El gobierno sigue siendo panista y Antorcha Campesina sigue siendo priista. La democracia no se hace con pleitos, con escándalos mediáticos, con acusaciones infundadas, como algunos políticos creen: la democracia implica diálogo para encontrar puntos de coincidencia y para negociar donde no haya esas coincidencias. Lo del hospital de Tecomatlán, es un ejemplo.

Notas breves: Las declaraciones que en conferencias de prensa, hace el vocero panista senador Javier Lozano Alarcón, son verdaderas declaraciones de guerra. El señor Lozano, es un “peligro para Puebla”… La senadora perredista Luz María Beristáin, representante de Quintana Roo, ha demostrado lo que son en una gran parte los nuevos políticos de todos los partidos: soberbios, autoritarios, engreídos, ridículos, pero sobre todo, ignorantes. ¿Quién le dijo a la señora Beristáin que es una “autoridad”? ¿Quién le hizo creer que por ser representante popular, puede llegar a tomar un vuelo de línea, a la hora que se le de su regalada gana? ¿Quién le dijo que por ser representante popular ante la más alta tribuna del país, puede insultar y hasta humillar a una trabajadora que solo cumple con su deber? Ah, pero habla fuerte según dijo, “porque es senadora”, es decir que el cargo le quitó hasta el modito de hablar. Todos los partidos políticos están urgidos implementar un sistema de educación política para sus militantes a fin de que en el futuro, no anden haciendo estos ridículos… Por cierto que ocupado en eso, de la educación política de su militancia, anda muy atareado en España, el poblano Guillermo Deloya Cobián, quien ha firmado convenios con varias universidades e instituciones de educación política de ese país, para que priistas jóvenes realicen cursos en el país ibérico o aquí, con catedráticos invitados de allá.