Monday, 06 de May de 2024


“El petróleo es nuestro”




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Con la presentación del proyecto de reestructuración de la empresa emblemática del país, Petróleos Mexicanos, por el presidente Enrique Peña Nieto, se inicia una lucha político- ideológica entre las dos corrientes políticas más importantes en nuestro país, la izquierda y la derecha.

El PRI está considerado por los observadores políticos más destacados de la actualidad como un partido de centro, una derecha moderada, que cede fácilmente a las presiones internacionales que le llegan vía Estados Unidos y que desde los tiempos de la tecnocracia salinista, acata casi sin discusión.

 

 

La ultraderecha, la que quisiera que la entrega del petróleo al capital privado se hiciera ya, representada por el PAN, considera por voz de su dirigente nacional Gustavo Madero, que “el presidente Peña Nieto se quedó corto en su propuesta para reformar a Pemex”, o como dijo Ernesto Cordero, el secretario de Hacienda de Felipe Calderón y hoy senador: “el presidente ha dado un primer paso, y seguramente continuará avanzando”; al vocero de los grandes grupos financieros estadunidenses, el The Wall Street Journal, señaló en su edición de ayer:“México introdujo su largamente esperada revisión a las leyes energéticas restrictivas que permitirá compañías privadas en el sector y desbloqueará las reservas que han estado en manos estatales por 75 años.Es decir, se ha dado un primer paso.

 

 

The New York Times señala que la reforma de Peña Nieto esuna de las reparaciones económicas más radicales en México durante las dos últimas décadasy el Washington Post dijo que el presidente mexicano levantó una prohibición de décadas a las empresas privadas para que inviertan en la industria petrolera estatal a la que llaman “piedra angular del orgullo nacional, misma que ha visto caer su producción”.

 

 

En México se oponen a la reforma: el Movimiento de Regeneración Nacional, que encabeza el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador y el PRD, que se opone a que sea reformado el artículo 27 constitucional. “Si el petróleo no se va a privatizar, ¿para qué reformar la Constitución?”, dijo el dirigente perredista Jesús Zambrano.

 

 

Habrá debate en el Congreso y en la calle

 

 

No sólo en el Congreso de la Unión, sino incluso en la calle y en los medios de difusión, habrá un debate sobre este tema.

 

 

Tanto Morena, organización política de izquierda comandada por López Obrador, como el Partido Revolucionario Institucional, que dirige nacionalmente César Camacho, han hablado de lanzar a sus huestes a la calle, en apoyo y en contra de la propuesta presidencial.

 

 

Las gentes del gobierno federal están exagerando los supuestos beneficios que recibirá el país con la privatización de la exploración, la extracción, la refinación y la transportación del petróleo.

 

 

Nos dice un amigo que conoce mucho de eso: “Pemex tiene capacidad económica, técnica y administrativa para iniciar su reestructuración, sin necesidad de recurrir a la privatización de las áreas más importantes de la explotación petrolera.

 

 

“Si hay graves problemas en la empresa, porque los hay, se debe a la negligencia de las autoridades que han permitido la corrupción en alto grado, de la cual participa el sindicato petrolero, del que últimamente se ha hablado mucho.

 

 

”Los panistas hubieran querido privatizar incluso los yacimientos petroleros, pero no se atrevieron en los 12 años que estuvieron en el poder federal, era una bronca para ellos, difícil de sortear, pues son primerizos en el manejo político de un país tan complicado como el nuestro. Los priistas, más duchos en estas cosas, se aventaron el boleto.

 

 

”Pero para justificarse están exagerando los beneficios que se derivarán de esto.

 

 

”Hay que recordar lo que dijeron cuando se privatizó Teléfonos de México y lo único que se ha logrado, ha sido que un mexicano haya llegado a ser el hombre más rico del mundo.

 

 

”Hay que recordar lo que dijeron cuando se privatizaron los bancos. La banca privatizada fue exaltada como el motor del desarrollo. Y lo que ha pasado es que nuestro país está en manos de bancos extranjeros que año con año se llevan millones de dólares a sus matrices en España, Estados Unidos y Canadá. Aquí repartieron tarjetas de crédito como volantes y millones de mexicanos de clase media, una clase en extinción, se endeudaron hasta el cuello”.

 

 

La desconfianza de los mexicanos no es gratuita, tiene antecedentes muy claros y recientes.

 

 

Que se necesita reformar Pemex, es un hecho, pero la forma y el fondo, es lo que cuenta.

 

 

La discusión apenas empieza, pero todo parece indicar que la privatización de las áreas importantes de la empresa será un hecho. Algunos dicen que áreas como la exploración, la perforación, la refinación y el transporte ya están privatizados y sólo falta legalizar lo que ya se hace.

 

 

Lo mismo ocurre con la energía eléctrica. Hay ya trabajando empresas extranjeras en la producción de electricidad y sólo falta su legalización, que es lo que se pretende.

 

 

El que medios de comunicación de los Estados Unidos, como los periódicos más representativos de esa nación en el medio informativo mundial celebren el proyecto de Peña Nieto, es otro motivo para desconfiar.

 

 

También se dice que los mexicanos vemos al petróleo y a la Constitución como algo intocable, como un tabú que, por lo mismo, se ha ido rezagando y podría agotarse. Ojalá y los conductores actuales de nuestra nación tengan la suficiente capacidad y el sentido nacionalista necesario para ver realmente por los intereses de la nación y no por sus intereses económicos y políticos de corto plazo.

 

 

López Zavala, crítico del PRI

 

 

Quien fuera el primer candidato a la gubernatura del PRI en perder una elección, Javier López Zavala, lanzó en una entrevista radiofónica los más duros ataques contra dirigentes de su partido, por los resultados de la última elección local.

 

 

Señaló como responsables no sólo a Fernando Moreno Peña, delegado del comité nacional, y a Pablo Fernández del Campo, dirigente estatal, sino también a la actual senadora de la República y ex presidenta municipal de Puebla, Blanca Alcalá.

 

 

“Impusieron, vendieron y perdieron”, dijo el actual diputado federal.

 

 

Dijo que tiene derecho a aspirar a la presidencia de su partido, pues su trabajo político en el estado, lo avala.

 

 

Narró que dirigentes del Partido de Integración Social, antes de aliarse con “Puebla Unida”, quisieron hacerlo con el PRI, pero que la soberbia y el engreimiento de Moreno Peña y de Fernández del Campo impidieron que esa alianza se diera y el resultado está a la vista, ese partido no sólo obtuvo votos suficientes para mantener su registro en los próximos cinco años, sino que ganó varias presidencias municipales (cinco) y dos diputaciones, así como regidores en diversos municipios del estado, entre ellos Puebla.

 

 

Sobre el hecho de que es chiapaneco y que eso le pesó en su campaña para gobernador, señaló que de Chiapas conoce seis municipios y del estado de Puebla conoce los 217 que ha recorrido más de 10 veces. Aquí realizó sus estudios de secundaria y preparatoria, así como la carrera de abogado en la BUAP. Ha vivido más en Puebla que en Chiapas, se casó y su esposa y sus hijos son poblanos. H sido diputado local, funcionario estatal y ahora diputado federal, ¿dónde está el problema?

 

 

 

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