La sana distancia entre el presidente y su partido, establecida por Ernesto Zedillo, ha terminado desde el momento en que en las reformas a los documentos básicos se establece que el Presidente de la República, cuando sea priista, será considerado como el jefe nato del partido o, en otras palabras, el jefe máximo.

Así las cosas, el presidente intervendrá en la designación de candidatos y en la solución de todos los graves problemas que surjan en el PRI, y sus decisiones serán inapelables, como lo fueron siempre.

La primera decisión presidencial fue que los 4 mil 200 delegados que asistieron en representación de todos los priistas del país a la XXI Asamblea Nacional, votaran a favor de quitar los candados que hacían del PRI el guardián para que el petróleo y la energía eléctrica no se privatizaran y para que no se cobrara el IVA en alimentos y medicinas, porque supuestamente perjudica a las clases menos protegidas.

En cuestión de minutos, según las crónicas, todos, los 4 mil 200 delegados, como en los viejos tiempos, votaron a favor de esas reformas que constituyen un importante paso para afianzar en nuestro país la política económica neoliberal instaurada por el salinismo, pese a que muchos la consideran la causa de la difícil situación económica y social que prevalece en nuestro país y la culpable de que el PRI haya perdido el poder en el año 2000.

Los gobiernos panistas fueron fieles seguidores de esa política que ha llevado a México a tener el porcentaje de pobres más elevado de su historia, el más alto de desempleados, la más elevada dependencia alimentaria, las ciudades con más altos índices de criminalidad en el mundo, y mil problemas más que no podrán resolverse si continuamos por el mismo camino que nos ha traído hasta aquí.

La reforma educativa

Para los maestros de la CNTE, que en Puebla no son muchos y ayer realizaron un acto en el zócalo con poca asistencia, independientemente de la detención de la maestra Elba Esther Gordillo, que los tiene sin cuidado, aunque algunos dijeron que ya era tiempo, se oponen y se seguirán oponiendo a esa reforma educativa aprobada la semana pasada por el Congreso, y dan sus razones.

Es una reforma neoliberal que atenta contra la educación pública, que ha sido impuesta por la OCDE, organismo internacional al que nos metió Salinas y cuyo objetivo es formar jóvenes para que sirvan a la empresa privada con salarios bajos.

Dicen que después de siete años de la aplicación de pruebas estandarizadas (ENLACE, Excale y PISA) se ha demostrado que ese tipo de exámenes no mejora la calidad educativa. Su intención es desprestigiar y etiquetar a los estudiantes, maestros y escuelas públicas. Ahora se pretende evaluar a los maestros para definir su permanencia.

Dicen que sólo se culpa a los mentores de la crisis educativa, dejando de lado otros factores, como la pobreza y el desempleo, la violencia, la inestabilidad laboral y bajos salarios, la disminución en el presupuesto destinado a las escuelas, escuelas sin recursos y en malas condiciones, saturación de actividades ajenas a la educación.

Agregan que la reforma se aprobó en forma acelerada; no se consultó a los maestros, académicos y padres; no tiene un proyecto pedagógico, filosófico y social; no se plantea cómo resolver los principales problemas del sector educativo, como cobertura, deserción, reprobación, egreso, marginación y rezago educativo en el que se encuentran millones de mexicanos. El Estado se deslinda de la responsabilidad de la educación pública y la delega a los padres para que paguen materiales educativos, infraestructura, mantenimiento de escuelas, lo que implica pagar agua, luz, papelería, etcétera.

Hablaron del futuro de la educación en México: desaparecerán turnos vespertinos, habrá saturación de alumnos y cierre de escuelas públicas, la escuela se convertirá en reproductora de mano de obra barata, se privatizará la educación y se provocará el endeudamiento de los estudiantes con los bancos para seguir estudiando.

Pusieron el ejemplo de Chile, país en el que el neoliberalismo ya está bien asentado: sólo la primaria es gratuita y a partir de la secundaria los padres tienen que pagar colegiaturas. Para poder acceder a la educación universitaria, el 70 por ciento de los estudiantes tiene que recurrir a un crédito, por lo que al terminar de estudiar están endeudados y, según la UNESCO, tardan un promedio de 10 años en pagar. En México ya Calderón impuso las llamadas becas crédito para estudiantes universitarios.

Un abogado priista nos dice

Un abogado que es militante del PRI y una compañera periodista nos dicen que la acusación contra Elba Esther Gordillo está mal planteada.

Los cargos que se le imputan no existen: no hay lavado de dinero, tampoco son recursos ilícitos (una cosa es que sean mal empleados, sean utilizados para algo indebido, pero eso no los hace ilícitos), no hay delincuencia organizada, que es otra cosa. Sí hay evasión fiscal, por lo que el Estado debe intervenir; también puede haber fraude, pero eso debe denunciarlo el defraudado (los maestros) y no el Estado. En fin, eso afirman nuestros amigos, con quienes platicamos con dos horas de diferencia y en distinto lugar,pero ambos coincidieron en sus apreciaciones: las acusaciones deben replantearse.

Que quede claro que ninguno de ellos defiende a “La Maestra”, simplemente exponen las deficiencias de la acusación que hace la Procuraduría.

Notas breves: La visita de la secretaria general del comité nacional del PRI, Ivonne Ortega, no será hoy, como dijimos ayer, sino el jueves. Su visita tiene el fin de evaluar los trabajos realizados por el PRI local y estudiar la posibilidad de designar candidato de unidad para el municipio de Puebla… El presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, dijo que lo afirmado por el dirigente nacional de su partido, el PAN, no es cierto. Según él, el PAN no se ha desdibujado pese a que todo mundo señala que copiaron del PRI todo lo malo y no practicaron nada de lo bueno que durante más de medio siglo habían predicado. Tampoco se ha desdibujado pese a que la inmensa mayoría de su nueva militancia y candidatos no proviene del PAN sino de otros partidos, principalmente del PRI. ¿Cuántos panistas conocerán sus documentos básicos? ¿Cuántos sabrán quién fundó ese partido? Si se pregunta a la militancia de a pie, ninguno ha escuchado el nombre de Manuel Gómez Morín, que prácticamente quedó borrado con el surgimiento de Manuel Clouthier, “Maquío”, cuando fue candidato a la presidencia compitiendo contra Carlos Salinas y Cuauhtémoc Cárdenas. Fue cuando el PAN se convirtió en franquicia política de la Coparmex… Si el PAN realmente quiere dar la pelea al PRI por la presidencia municipal de esta capital, su candidato debe ser Antonio Gali Fayad, no tiene otra alternativa. Gali es el más conocido, el más popular y el único carismático de los aspirantes de ese partido.