Thursday, 02 de May de 2024


En Izúcar, los partidos hechos un lío




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Tal vez nunca antes como ahora, una elección municipal en Izúcar de Matamoros había estado tan confusa y tan complicada como la actual.

Fueron 18 los aspirantes del PRI a la presidencia municipal, la dirigencia estatal y la delegación del Comité Nacional dieron el triunfo, las razones no se saben, a uno de los aspirantes, provocando el enojo de la mayor parte de los otros aspirantes. Once se registraron para ser tenidos en cuenta en la Asamblea Municipal de Delegados, pero no lograron nada.

 

 

Ante eso, Daniel Vargas, considerado como uno de los aspirantes con posibilidades, decidió aceptar el ofrecimiento que le hizo el partido Movimiento Ciudadano, antes Convergencia, que tiene una alianza parcial, en la que no se incluye Izúcar, con la coalición “Puebla Unida” que encabezan el PAN y el PRD.

 

 

Con él son ya cuatro los candidatos a la presidencia municipal de Izúcar de Matamoros: el del PRI, Alberto Sánchez Rodríguez; el de la alianza “Mover a Puebla”, doctor Manuel Madero González; el del Partido del Trabajo, ingeniero Anselmo Venegas y el de Movimiento Ciudadano, Daniel Vargas.

 

 

De los 18 aspirantes, el exitoso director del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Izúcar, profesor Arturo Medel Merino, se mantuvo disciplinado y fiel a su partido.

 

 

Los priistas ya tienen registrado a su candidato a la presidencia y a la planilla de regidores y síndico: esa planilla la integran, José Andrés Pineda Cerón, Juan Hernández Báez, Héctor Manuel Mendoza Herrera, Marcelino Rutilo Alamirra Muñoz, Hugo Meléndez López, Óscar Miguel Puig Hernández, Ana María Ruiz Nolasco y Lorena Baena Coria.

 

 

Como candidata a síndico va María Eugenia Flores Tapia y como candidato a presidente municipal suplente, José Roberto Hernández Pérez.

 

 

El candidato a diputado será el presidente municipal con licencia de Huaquechula, Raúl Marín Espinosa.

 

 

Será una dura lucha de dos meses

 

 

Las campañas priistas se inician el 5 de mayo, será una dura lucha por el principal municipio del sur de la entidad poblana: tienen fuerza real, el doctor Manuel Madero, de la coalición “Puebla Unida”; el ingeniero Anselmo Venegas del PT, que se llevará una parte importante de los votos de la izquierda y Alberto Sánchez Rodríguez, que es candidato del Partido Revolucionario Institucional, que es el mejor estructurado y organizado de todos, aunque debilitado por las divisiones y pleitos internos.

 

 

Daniel Vargas se llevará una buena parte de la votación priista, es decir, le hará mella a su partido principalmente con la votación de los campesinos cañeros, con los que mantiene buenas relaciones desde hace algún tiempo.

 

 

Toda esta revolución “democrática” hecha al “trancazo” o al “troche moche”, es decir, “al a’í se va”, tendrá sus consecuencias forzosamente.

 

 

Algunos priistas no se han percatado de que este país, que desde hace 30 años ha venido retrocediendo en lo económico, en lo político y en lo social, gracias a los gobiernos tecnocráticos encabezados por Carlos Salinas de Gortari y a los ineptos gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón y que eso ha provocado lo que estamos viendo.

 

 

La crisis que ya está en la puerta

 

 

Si usted se pone a revisar todos los periódicos del día, si ve los noticiarios de televisión, se dará cuenta de que nuestro país está viviendo en los prolegómenos de un cataclismo social, si no se toman las medidas adecuadas para pararlo a tiempo.

 

 

Guerrero, Oaxaca, Michoacán y Chiapas, confrontan movilizaciones de maestros que se expresan en forma violenta.

 

 

En Chilpancingo, las agresiones a las sedes de los partidos políticos demuestran el hartazgo y el desprecio de los ciudadanos hacia esas organizaciones que sólo han servido para enriquecer a sus cúpulas pero no resuelven los problemas más sentidos de la población, como son la inseguridad, el desempleo, la pobreza que cada día aumenta, la corrupción y la impunidad, entre otros muchos.

 

 

Muchos analistas consideran que el gobierno no debe emplear medidas represivas para detener las protestas y movilizaciones sociales, porque eso sólo empeoraría las cosas.

 

 

Si el gobernador de Morelos, de origen perredista, dice que en Guerrero la guerrilla (que en ese estado existe, aunque no activa siempre, desde los años setenta) tiene infiltrado al movimiento de la CNTE y del Movimiento Popular Guerrerense.

 

 

Si además se le llega a infiltrar el narcotráfico, que en Guerrero tiene una de sus bases más importantes, ya se imaginará usted lo que puede ocurrir.

 

 

En Michoacán las cosas son parecidas. Los estudiantes normalistas toman camiones repartidores de empresas distribuidoras de alimentos, autobuses de pasajeros, cierran autopistas y carreteras y en Oaxaca la Sección 22 se moviliza causando graves daños a la economía de su estado, cada vez que se le ocurre a sus dirigentes y dejan a miles de niños sin clases.

 

 

Se anuncian movilizaciones en 15 estados de la república y el Distrito Federal, donde un grupo de enmascarados tiene tomada la torre de la rectoría de Ciudad Universitaria desde hace semanas, para el próximo miércoles primero de mayo.

 

 

Por otra parte, un grave error del presidente Enrique Peña Nieto, que inició muy bien su trabajo, pero que cuando los panistas (con todo su desprestigio ganado a pulso en los dos gobiernos federales que presidieron) dieron a conocer un video denunciando la pretensión de emplear la Cruzada Nacional contra el Hambre, en Veracruz, para cuestiones electorales, tuvo un arranque foxiano o calderoniano al decirle a la secretaria de Desarrollo Social, cuya salida exigían PAN y PRD, que no se preocupara, que no hiciera caso de los ataques que tenían como origen, asuntos de tipo electoral.

 

 

Eso estuvo a punto de terminar con el Pacto por México, que tan bien estaba caminando y aunque las cosas en ese aspecto parece que lograron recomponerse, los senadores panistas encabezados por el recalcitrante calderonista Ernesto Cordero, están exigiendo la salida de Rosario Robles de la Sedesol.

 

 

En la capital del estado

 

 

En la capital del estado, la lucha por la presidencia municipal se dará entre las dos coaliciones, la que encabeza el PRI, con Enrique Agüera Ibáñez como candidato y la que encabeza el PAN, con Antonio Gali Fayad, encabezando la planilla.

 

 

Es difícil que esta lucha por el ayuntamiento de Puebla, pueda darse en un clima de respeto y con base en propuestas.

 

 

El domingo en la madrugada, varias colonias del sur de la ciudad de Puebla amanecieron inundadas con volantes supuestamente emitidos por panistas tradicionales, que no existen ya en la capital del estado, porque fueron eliminados desde los tiempos de Manuel J. Clohutier, contra el candidato de su propio partido Antonio Gali, por haber pretendido llevar como candidato a síndico del ayuntamiento al director de la facultad de Derecho de la BUAP Guillermo Náres Rodríguez, a quien relacionan con hechos delictuosos ocurridos hace años.

 

 

Ya está suficientemente claro que el licenciado Náres no formará parte de la planilla de “Puebla Unida” por lo que la protesta de los “auténticos panistas”, no tiene razón de ser.

 

 

Esa propaganda negra pudo ser de miembros del Yunque, lo más atrasado de la derecha panista, o de los adversarios de la coalición “Puebla Unida”. Como están las cosas en el país, en los partidos políticos y en el mundo, todo puede suceder.

 

 

Lo cierto es que estamos viviendo tiempos difíciles en todos los aspectos y que esas dificultades pueden agravarse si no se ponen las pilas nuestros políticos, que a estas alturas parece que ya no tienen ni pilas. Ahora sí, como acostumbra despedirse el diputado federal poblano don Filiberto Guevara, “que Dios los bendiga”.

 

 

 

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