Las encuestas demuestran que el baño de guerra sucia entre los candidatos del PRI-PVEM y “Puebla Unida” terminó por anularse. Que en los cruces de acusaciones, denuncias, patrimonios y volantes nadie salió bien parado, y nadie se benefició sustancialmente de alguno de ellos. Ahora, a Antonio Gali y Enrique Agüera les entran las prisas para que en las dos últimas semanas puedan convencer a los indecisos que perdieron interés en los comicios y ahora pueden ser el factor determinante que los ayude a ganar. Hace seis años, en la contienda de 2007, apenas participó el 44 por ciento del padrón electoral. Hasta el momento nadie se pone de acuerdo en la estimación, pero es claro que entre menos ciudadanos acudan a las urnas, más poder tendrán las movilizaciones de los partidos y el efecto de la “estructura” será mayor.

El cierre de campaña será ciclónico porque, parece, al fin podremos apreciar las propuestas de uno y otro lado. En el caso de la alcaldía poblana porque además del encuentro patrocinado por Actívate por Puebla previsto para el próximo martes, en el Instituto Electoral del Estado toma forma la posibilidad de organizar su propio encuentro. La fecha probable sería en la última semana de campaña, y específicamente el 30 de junio, justo una semana antes de la elección. Imaginen el vuelco en las tendencias electorales que se darán en la última semana y que difícilmente podrán ser captadas por las encuestas. Su fracaso podría ser una realidad.

La debatitis de las dos próximas semanas alcanza a los aspirantes al Congreso local. Cumpliendo la disposición del Código Electoral, el IEE organizó una feria que difícilmente podrá ser apreciada por los electores de cada distrito, asumiendo que saben a cuál pertenecen. 26 debates sí, pero que poco impacto podrán tener en la medida que no hay certezas sobre su transmisión en medios de comunicación o internet, así como de la saturación de fechas y formatos.

También es la última llamada para los siete candidatos a diputados de la capital del PRI-PVEM que han dejado mucho que desear, salvo Víctor Giorgana, Héctor Sulaimán y Sandra Montalvo. El resto son desaparecidos en acción que no aportan mucho a la batalla global. ¿Alguien sabe algo de Claudia Hernández, Bárbara Ganime, Alberto Barranco y José Doger Corte? No han ayudado en nada: ni en estructura, propuestas o campaña de aire se han distinguido.

El problema será darle seguimiento a los enfrentamientos dado el empalme de las polémicas. Por ejemplo, a la misma hora —5 pm— y en diferentes lugares se enfrentarán los candidatos de los distritos X, XI, XIV y XIV. ¿A cuáles darle seguimiento?

Yo apostaría, de entrada, por ir a ver el debate entre Jorge Aguilar Chedraui y José Doger Corte en la Libre de Derecho, ya que el distrito XV es el que tiene la diferencia más amplia a favor de “Puebla Unida”. Pero también resultaría muy interesante ver a Pablo Rodríguez Regordosa contra Héctor Sulaimán por tratarse de los mejores perfiles en pugna. ¿Pero quién querrá ver los otros dos?

Luego, a las 6 pm, se enfrentarán los candidatos de XII y XVI en diferentes sedes. Mi recomendación es no perderse a Sandra Montalvo contra Susana Riestra, quien luce como la víctima perfecta de quien ya fue regidora, diputada local y funcionaria municipal. Montalvo, además, ha llenado de calificativos a Riestra como “muñequita de aparador” y “agachona”, de tal forma que ese no me lo pierdo por nada.

La dotación de palomitas para las dos próximas semanas debe ser amplia. Como prolegómeno a las batallas de aspirantes al Congreso, se llevará a cabo el debate de Actívate por Puebla y al que pese a todas sus reticencias, el candidato del PRI-PVEM ha aceptado ir. Lo habíamos comentado previamente en este espacio: en el war room agüerista crecía la sensación de que debía asistir a los encuentros confiados en la capacidad académica de su candidato, respaldados por sus logros al frente de la BUAP.

Doce días después, muy probablemente el 30 de junio, volverán a verse las caras en el encuentro organizado por el Instituto Electoral del Estado con el aval de los coordinadores de campaña. A una semana de la elección, el frenesí estará a tope y ya no habrá tiempo para reaccionar y recomponer estrategias. Lo dicho: la elección entra a su mejor etapa. Seis semanas no han sido suficientes para cerrarla, y el margen de error de casi todas las encuestas será muy alto.

Con tantas alteraciones en las razones de voto y con tan poco tiempo para hacer levantamientos domiciliarios, solamente los trackings telefónicos serán capaces de reaccionar ante los cambios de humores del electorado, en especial el tracking CAMBIO/Mas Data por tratarse del único que está disponible para todos los ciudadanos. Días vitales entre el 30 de junio y el miércoles 3 de julio, el último día en que podrán revelarse sondeos. Preparados para colisión.

;