El tour La música no se toca de Alejandro Sanz llegó a su fin en la ciudad de Puebla. Después de 77 conciertos durante un año por diferentes partes del mundo, dijo adiós a los escenarios: “México, los voy a extrañar mucho. Los quiero un chingo. Nos vemos en la próxima gira, si Dios quiere. Hasta siempre Puebla. Hasta siempre México”, fueron las palabras que emitió para dar fin con broche de oro la noche nostálgica que se vivió en el auditorio Siglo XXI.

Eran las 21 horas y las luces se apagaron en el recinto. En el centro del escenario fueron colocadas tres sábanas y en éstas proyectaron la silueta de Sanz. Para empezar su concierto con “Llamando a la mujer acción”.

Dos horas duró el concierto y el español tenía un as bajo la manga, pues en la novena canción salió al escenario con Mario Sandoval, integrante del grupo Sandoval, para interpretar “Cuando nadie me ve” y, casi al final del concierto, tocó su más reciente sencillo “This game is over”, donde hace dueto con Jamie Foxx & Emeli Sandé.

El español no dejó de interactuar con el público, quien no hizo un sold out. De las 5 mil personas que alberga el auditorio Siglo XXI, sólo asistieron 3 mil.

Pero eso no fue motivo para que Sanz no llenara el escenario de energía, ya que dentro de éste colocaron luces de lluvia que adornaban el recinto de color, azul, rojo y blanco. Haciendo un espectáculo sin precedentes para los asistentes.

Las palabras de agradecimiento del cantautor fueron innumerables, desde “gracias por estar aquí esta noche” hasta “gracias al staff por hacer posible esta gira”.

Alejandro Sanz se echó al público a la bolsa, cuando sacó una bandera de México para ondearla por todo el escenario y después la colocó encima del piano, que se encontraba al centro del templete. Además usó un sombrero blanco de charro, que fue un regalo del público situado en el área VIP, de 2 mil 500 pesos.

Antes de tocar “Enséñame tus manos” Sanz tuvo un momento de nostalgia, pues recordó las palabras de su madre: “cuando le dije a mi madre que quería dedicarme a la música me dijo ‘ay mijo, esa es una utopía porque estar en la música es uno de entre un millón’ y yo le decía ‘ma, yo soy ese. ¡Soy ese!’ y ella insistía en lo de la utopía. (…) Encontré (la definición) para eso sirve la utopía, para caminar”.

En la última parte del show dijo “estamos un poquito nostálgicos. Un poquito mandilones, es que estamos tristes. No me hagan llorar, ok. Bueno va por ustedes”.

De las 18 canciones que interpretó, las más coreadas fueron: “Quisiera ser”, “Camino de rosas”, “Cuando nadie me ve”, “Mi soledad y yo”, “Corazón partí’o”, “No me compares”, “Mi marciana”, “¿Y si fuera ella?” y “Amiga mía”.

Al finalizar, Sanz tomó nuevamente la bandera de México y el sombrero de charro para despedirse del público con una reverencia.