¿En qué quedamos? ¿En que no tenía el tiempo suficiente para desempeñarse como legislador? ¿En que carecía de tiempo para la política? ¿En que la enfermedad de la hermana del mandatario no le permitía distraerse en otra cosa? Sin embargo ahora lo vemos flanqueado por Ana Teresa Aranda, Francisco Fraile y Juan Carlos Mondragón arengando a favor de Juan Manuel Oliva y por la recuperación de la dignidad de un PAN cobarde, jineteado y dividido.

Ir a favor de Oliva es ir en contra de Gustavo Madero, el candidato de Moreno Valle para la presidencia del panismo nacional, y también dejarse ver públicamente con Ana Teresa, Fraile y Mondragón (o sea El yunque) es declararse en contra de su cuñado Moreno Valle. ¿O no? Hete ahí el asunto. ¿Lo que hizo Manzanilla fue una declaratoria abierta de guerra contra el gobernador? Sun Tzu acuña perfectamente el proverbio: Los enemigos de mi enemigo son mis amigos.

Es obvio que Manzanilla quiso ser visto en compañía de antimorenovallistas, no por la prensa y la opinión pública sino por alguien más importante, pero, ¿para qué?, ¿con qué fin?, ¿con qué objetivo? ¿Para decirle que peleará contra él en alianza con sus principales adversarios? ¿Para decirle que no le importa lo que piensen del pleito de los dos cuñados? ¿O para decirle que la hora de los chingadazos ya llegó?

Sea cuál sea el mensaje estamos claros que Manzanilla ya agarró bando, está con El yunque, o se fichó solo o lo ficharon, y si tomó ya la decisión de luchar contra su cuñado resultará interesante averiguar cuándo y en qué momento se harán daño. Moreno Valle conoce a Manzanilla pero estamos claros que Manzanilla lo conoce mejor. Dicho de otra forma las malas mañas de uno las sabe el otro, igual que sus pensamientos siniestros.

Por lo pronto, si Eukid Castañón es bajado del Congreso del Estado (vergonzosamente) por el juicio de protección de derechos políticos promovido por Juan Carlos Mondragón ante el Trife, sería bueno adjudicarle ese triunfo más que a Mondragón a Manzanilla o viceversa a Moreno Valle, porque ese sería pues el uno a cero de este desgreñe que ya parecen librar los dos cuñados. Otra anotación sería el relevo en el PAN entre Gustavo Madero y Juan Manuel Oliva. Lo mejor está por venir.