Thursday, 02 de May de 2024


La tragedia de los partidos políticos mexicanos




Escrito por  Gabriel Sánchez Andraca
foto autor
SUPUESTAMENTE MÉXICO ENTRO A LA DEMOCRACIAen el año 2000, cuando por primera vez llegó a la Presidencia de la República del país, no un priista, como había ocurrido en los últimos 71 años, sino un panista, el partido representante de la derecha, contra la que históricamente combatió el PRI, representante de la corriente liberal en toda la historia independiente de este país.

Catorce años después, vivimos una tragedia nacional: somos, según dijo esta semana en una conferencia en Estados Unidos el ex presidente panista Felipe Calderón, el país más violento y con los índices más altos de criminalidad; el porcentaje de pobres ha crecido enormemente desde que el proyecto socioeconómico de la Revolución mexicana fue aplastado por el neoliberalismo.

 

 

Tenemos una enorme deuda pública, externa e interna; nuestro sistema educativo está por los suelos y nuestros servicios de salud adolecen de enormes fallas, y así podemos seguir enlistando los gravísimos problemas que confrontamos y que se agravaron a raíz de la llegada de los tecnócratas al poder, primero, y luego de los dos gobiernos surgidos del Partido Acción Nacional.

 

 

Pero lo más grave del caso es que siendo el nuestro un sistema democrático partidista, todos los partidos están pasando por una crisis terrible de identidad ideológica, de organización, de corrupción, de falta de cuadros con capacidad política y con sensibilidad social. Resumiendo en una frase, los partidos mexicanos, son un desastre.

 

 

PARA QUE SE DÉ USTED UNA IDEA DE lo que está pasando, le comentaremos que el domingo próximo el PRD tendrá a nivel nacional la elección de delegados, para luego proceder a la designación de sus dirigentes nacionales y locales. Esa elección, la prepara y la llevará a cabo, a petición del propio PRD, el Instituto Nacional Electoral.

 

 

Los grupos, fracciones o tribus que conforman el Partido de la Revolución Democrática, se están acusando de pretender manipular la elección, inflar el padrón del partido, comprar a los votantes mediante dádivas y despensas y de otras anomalías de las que siempre acusaron al PRI.

 

 

Cómo estarán las cosas que la dirigencia nacional ha solicitado que la Policía federal vigile la realización de esa elección interna, pues se prevén serios conflictos en varias entidades del país.

 

 

La izquierda ha sido una corriente política cuya característica es la división y confrontación de los grupos que la forman. En el caso concreto de Puebla, en sus 25 años de existencia, el PRD no ha podido conformar una organización política con estructura y organización en los 217 municipios de la entidad. Difícilmente tiene estructurados a los comités de las cabeceras distritales y si ha logrado votación importante en las últimas elecciones federales, se debe a que tuvo como candidato presidencial a un líder carismático que ya formó su propio partido, Morena, provocando una desbandada del que fue durante varios años el principal partido de izquierda.

 

 

POR LO QUE RESPECTA AL PAN, PARTIDO representante de la derecha, dos sexenios en el poder bastaron para enloquecer a sus miembros, que no hicieron nada de lo que por más de 60 años habían venido prometiendo, sino que se concretaron en gobernar con los sistemas priistas, pero mal llevados, al grado de que se vio más corrupción y sobre todo más ineficiencia que con los tricolores.

 

 

Además, han provocado últimamente una serie de escándalos por corrupción e inmoralidad, como la fiesta que sus diputados federales llevaron a cabo en Puerto Vallarta con una orgía que fue dada a conocer por las redes sociales; por el cobro a varios diputados, de los famosos “moches” a los presidentes municipales de un estado del bajío, para gestionarles recursos federales; de un escándalo provocado en Brasil por panistas que habían ocupado puestos importantes en una delegación del Distrito Federal y que fueron encarcelados en el país Sudamericano, por agresión a algunos brasileños y por sobrepasarse con la esposa de uno de ellos. Esto ha dado motivo para que se haya destituido al coordinador de los diputados federales; las diferencias políticas entre los grupos de Madero y Cordero, del grupo Calderón, dieron pie para que se destituyera a Ernesto Cordero como coordinador en el Senado y el nuevo coordinador destituyera esta semana al vice coordinador, José María Martínez.

 

 

En un partido político que durante años fue visto como representante de la derecha clerical de este país, esos escándalos constituyen un pecado cívico mortal, por lo que su ex dirigente nacional, Luis Felipe Bravo Mena, pide a los panistas que pidan perdón al pueblo de México.

 

 

EL PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL, que después de 12 años regresó a Los Pinos y que se ostenta como el nuevo PRI, no ha dado muchas muestras de serlo de veras.

 

 

Está dividido, si bien no ideológicamente, porque parece que de pronto todos los priistas se olvidaron de su liberalismo a ultranza, sí por los intereses personales y de grupo de sus militantes.

 

 

El partido que surgió de la Revolución mexicana de 1910, no ha podido trasmitir, después de dos años de su regreso, confianza en los ciudadanos.

 

 

La situación en que encontró al país fue realmente desastrosa, pero nada informó a los mexicanos, sino que empezó a ejercer su gobierno como si todo marchara sobre ruedas.

 

 

La percepción general es la de que la delincuencia sigue creciendo, la criminalidad no para, se deteriora la situación económica, sobre todo de las clases pobres y medias. Hay mayor inflación, continúa la corrupción, la impunidad y no hay cuentas claras, es decir, que no ha cambiado nada.

 

 

Lo que pasa es que los priistas de ahora, ya no son como los de antes. La clase política priista de los años cincuenta, sesenta y setenta, fue sacada del Poder por los neoliberales encabezados por Carlos Salinas de Gortari y se adueñaron de las instituciones gubernamentales, jóvenes tecnócratas egresados de universidades gringas, sin conocimiento real de nuestra historia, de nuestro desarrollo político y social y sin sensibilidad para afrontar los gobiernos de una nación como la nuestra.

 

 

Su aceptación de las políticas económicas estadounidenses, ha sido total: se abandonó al campo porque no era negocio y ahora somos un país dependiente alimentario; no se apoya a la pequeña y mediana empresa y el desempleo crece y con ello los niveles de pobreza; los campesinos emigran, entre ellos miles de jóvenes y los que no lo hacen, mueren en las luchas entre mafias de la delincuencia organizada; se ha concentrado la riqueza en pocas manos y con ello se ha provocado mayor injusticia social. Somos uno de los países más desiguales del mundo.

 

 

No, si las cosas están para llorar.

 

 

Lo peor del caso es que siendo, como dijimos antes, un país cuya base de su democracia son los partidos políticos, ¿qué esperanza tenemos de que las cosas mejoren, si los partidos en vez de mejorar empeoran? 

 

 

 

 

 

 

Valora este artículo
(0 votos)
comments powered by Disqus