Y decimos que a muchos y no que a todos, porque cada día crece más el número de ciudadanos escépticos, desconfiados, que consideran que lo que cuenta no son las promesas de campaña, ni los discursos de toma de posesión, sino los resultados, el balance final.

En ese balance final y no en sus inicios, se sabe si un gobierno federal, estatal o municipal, fue bueno, regular o malo.

Dicen que “la burra no era arisca, sino que la hicieron”. Y es que a lo largo de décadas los políticos han ofrecido tanto y han cumplido tan poco, que el ciudadano común va perdiendo la fe en ellos, en las autoridades y en los partidos.

En nuestro país esta falta de confianza de los ciudadanos está llegando a límites peligrosos.

Los políticos de todos los partidos deben tener muy presente que si su desempeño en algún puesto público no reditúa beneficios al ciudadano de a pie, como dicen los clásicos, las cosas andan mal.

Y la verdad es que en nuestro país todo parece andar mal: hay inseguridad, violencia, desempleo, pobreza, desnutrición, bajos niveles de salud, mala educación, etcétera, y eso revela sólo el fracaso de nuestros gobernantes incluyendo a las autoridades municipales, que son responsables al no involucrarse en programas y proyectos destinados a mejorar las condiciones sociales y económicas de sus gobernados.

Los presidentes municipales, regidores y síndicos deben ser promotores del progreso económico de los habitantes de sus municipios, mediante apoyos al campo, a la pequeña y mediana ganadería, a las artesanías, a la micro y pequeña industria; promotores de la educación, el desarrollo cultural de sus comunidades y de la buena salud de sus habitantes.

Concretarse sólo a trabajos de pavimentación y alumbrado y de embellecimiento de parques y jardines, como se ha venido haciendo desde tiempo inmemorial, nos mantendrá en la mediocridad o en la pobreza.

Los ayuntamientos deben involucrarse en el desarrollo integral de sus pueblos y para lograrlo deberán coordinarse con los gobiernos estatal y federal, mediante proyectos productivos que sean apoyados por las tres instancias de gobierno.

Los problemas fueron pocos

Solo 14 ayuntamientos tuvieron que rendir protesta fuera de sus municipios, en la capital del estado y ante la presencia del gobernador Rafael Moreno Valle, para evitar los problemas que algunos grupos provocarían para impedirlo.

Fue una buena medida evitar por todos los medios que surgieran conflictos que hubieran propiciado la intervención de las fuerzas del orden y la detención de algunos de los participantes.

El objetivo es resolver los problemas entre los grupos, mediante el diálogo. Se hicieron esfuerzos en la etapa previa a las tomas de posesión, pero hay casos en que los conflictos son de tipo personal, no político, y hay que tratarlos con más cuidado. “Pueblo chico, infierno grande”, reza un dicho popular, que en casos de problemas políticos, cobra vigencia.

El gobernador presente en varios municipios

Los municipios de Puebla, San Pedro Cholula, San Andrés Cholula y Coronango, tuvieron la presencia del gobernador y otros personajes, en la toma de posesión de sus ayuntamientos.

Rafael Moreno Valle, acompañó a Antonio Gali, en la capital del estado, a cuya ceremonia de toma de posesión también asistió Gustavo Madero, dirigente nacional del PAN, las senadoras priistas Blanca Alcalá y Lucero Saldaña, diputados federales de Acción Nacional y representantes de los poderes Legislativo y Judicial, así como rectores de diversas universidades poblanas, autoridades religiosas, dirigentes empresariales y gran cantidad de invitados.

En San Pedro Cholula, además del jefe del Ejecutivo estatal, estuvo el dirigente nacional del Partido Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, al cual pertenece el nuevo alcalde, José Juan Espinosa, otros dirigentes y diputados de ese partido.

Estuvo en San Andrés Cholula, donde el nuevo ayuntamiento es de extracción panista y en Coronango, donde el ayuntamiento presidido por una mujer, la licenciada Mely Macoto Chapuli, de extracción priista.

Se supo que el gobernante poblano estuvo ayer domingo en los actos de toma de posesión de los ayuntamientos de Huauchinango y Xicotepec de Juárez, en la Sierra Norte.

Bueno, las fiestas han terminado y hoy los nuevos alcaldes y sus regidores y síndicos deberán iniciar sus trabajos en serio, tal vez más en serio que nunca, pues además de que cubrirán el periodo más largo en la historia de la entidad: cuatro años, ocho meses y 17 días, lo harán cuando el país está enfrentando graves problemas políticos, sociales y económicos. Ojalá y respondan adecuadamente a la confianza que los ciudadanos depositaron en ellos.