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“La persistente y unilateral medida de la Casa Blanca de abofetear con sanciones a la RPDC [República Popular Democrática de Corea del Norte, como se conoce oficialmente el país] claramente demuestra la empedernida repugnancia y hostilidad que sienten hacia la RPDC”, dijo un portavoz del Ministerio de Exteriores citado en inglés por la KCNA.
El pasado viernes el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, autorizó la imposición de nuevas sanciones contra Pyongyang en respuesta al “destructivo” ataque contra Sony, del que Washington responsabiliza al régimen norcoreano.
Las nuevas medidas anunciadas por la Casa Blanca afectan a tres entidades norcoreanas, incluida una agencia de inteligencia gubernamental, y a diez personas que trabajan para esas empresas y para el Gobierno norcoreano.
El Gobierno de EU reaccionó así al ciberataque sufrido el pasado 24 de noviembre por Sony, que la Casa Blanca atribuye a Corea del Norte y que cree que fue en respuesta a The Interview, una comedia sobre un complot estadounidense para asesinar al líder norcoreano, Kim Jong-un.
Que lo demuestre. Pyongyang, a pesar de haber criticado duramente el estreno de la película, ha repetido en varias ocasiones que no es responsable de los ataques informáticos al estudio cinematográfico y ha pedido a EU que demuestre sus acusaciones.
En este sentido, el portavoz de Exteriores aseguró que “Sony Pictures Entertainment ha producido una película repugnante que agita abiertamente el terrorismo contra un Estado soberano”, pero volvió a negar la autoría norcoreana en el ataque informático.
“Muchos países se han posicionado en contra de las afirmaciones absurdas de los Estados Unidos, además de los principales medios de comunicación y prestigiosos expertos de EU y Occidente, que sostienen que el reciente ataque informático no fue realizado por Corea del Norte”, apuntó.
El comunicado aseguró que la hostilidad de Washington tiene como objetivo “salvar su cara y empañar la imagen de Corea del Norte en el ámbito internacional” por lo que recordó que las sanciones no solo no debilitarán al régimen sino que tendrán un “efecto contraproducente”.